Una delegación de la Comunidad de Sant’Egidio formada por 90 voluntarios de las comunidades de Bukavu, Goma, del vecino Ruanda, y de Roma con el Asistente Eclesiástico don Matteo Zuppi y don Francesco Tedeschi, han iniciado la distribución de las ayudas humanitarias en el campo de refugiados de Mugunga II, en la zona de Goma, en Kivu Norte.
Esta primera distribución ha ayudado a 1000 familias que han recibido una tienda y un paquete de vestidos. Con las próximas distribuciones la ayuda llegará a los 4000 núcleos familiares presentes en el campo (por un total de unas 20.000 personas).
Es un campo que recoge también la historia dolorosa de tantos conflictos de la región, en realidad desde 1994 aquí se establecieron los refugiados que huían del genocidio ruandés, después los refugiados hutus (siempre de Ruanda), y poco a poco todos los desplazados por las diferentes guerras que han ensangrentado en estos últimos 15 años la región de los Grandes Lagos.
 En esta primera distribución se ha priorizado a las personas con minusvalías físicas y a los ancianos, que normalmente no consiguen acceder a los repartos de las ONG.
En el saludo a los refugiados don Matteo ha subrayado la importancia de esta distribución, que quiere ser un signo de esperanza y de paz. Las ayudas que se han distribuido son el fruto de una gran colecta que ha involucrado todas las Comunidades de San'Egidio en el mundo, y son el signo concreto de la amistad que nace del Evangelio que nos hace cercanos al dolor y al sufrimiento de tantos. Esta misma amistad es también la esperanza que pronto se podrá volver a vivir en paz y seguridad.
 “Amani – que en swahili quiere decir “paz” – es una palabra que está escrita en nuestros corazones, ha dicho don Matteo – y es también el nombre de Dios que se hace cercano a cada hombre y que no olvida a nadie. Hoy la Comunidad con este signo os quiere decir a todos que nadie es olvidado.”
La Comunidad de Sant’Egidio ha inaugurado también, plantando simbólicamente una bandera en el terreno donde se creará, una escuela de “tránsito” para unos 300 niños en la que se asegurará la escolarización para el ciclo primario sosteniendo el trabajo de un grupo de profesores, también refugiados, que viven en el mismo campo. Los niños y los maestros pertenecen todos a la aldea Ngungu en el territorio de Masisi.
REALIZAMOS UN LLAMAMIENTO A TODOS
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