En Goma, en el campo de refugiados “Mugunga 1” , fue inaugurada, el 29 de julio la Escuela de la Paz de la Comunidad de Sant'Egidio.
La escuela se ha dedicado a Floribert Bwana Chui, el joven de la Comunidad de Goma, asesinado hace dos años por resistirse a un intento de corrupción.
Acogerá en septiembre, al inicio del nuevo curso escolar, trescientos niños de seis a doce años.
Estaban presententes las autoridades locales, entre ellas el Ministro regional de justicia, encargado de los derechos humanos y de la reintegración de los refugiados, los representantes de la Comunidad de Sant’Egidio de Roma y de Goma, los niños del campo y los maestros que seran sus profesores; todos ellos han intervenido en una ceremonia solemne para manifestar la alegría y el sentido de este evento.
Después de cortar la cinta, la bendición de las clases por el vicario episcopal y el refrigerio, los niños finalmente se han sentado en los bancos de las nuevas clases. Muchos de ellos tuvieron que interrumpir la escuela hace tres años, cuando tuvieron que huir de las aldeas del Kivu Norte situadas en la zona donde se producian los enfrentamientos entre grupos militares y los saqueos.
La Escuela de la Paz ofrecerá a todos la posibilidad de recuperar los cursos regulares, estando reconocida oficialmente por el Ministerio regional de Educación, que después de confirmar la calidad de las instalaciones, la recomendarán como modelo a seguir a todas las asociaciones que quieran realizar otras nuevas.
Los diez maestros también son refugiados del campo, y con la escuela recuperaran – junto al trabajo y al salario perdido – la dignidad y un motivo de esperanza por el futuro.
Esta escuela de la Comunidad de Sant’Egidio es de hecho la primera escuela completamente equipada que se realiza en los campos de Goma, que acogen unas 150.000 personas. Los maestros se han formado en el espíritu de la Escuela de la Paz, para desarmar los sentimientos de rencor y de violencia acumulados por todos los refugiados a lo largo de estos años de sufrimiento en contacto con la guerra.
La Escuela es el fruto de una solidaridad “global”: las Comunidades de Sant'Egidio de todo el mundo y de muchos amigos (entre ellos numerosos visitantes del sitio web) que han sentido el drama de esta región, que con dos millones de refugiados, representa quizás la principal emergencia humanitaria actual, y han ofrecido su contribución, haciendo posible la construcción de la escuela.
El edificio está decorado particularmente con colores y dibujos: las grandes palomas con el arco iris son visibles también por quien llega a Goma en avión.
Un gran aplauso espontáneo ha celebrado la dedicación de la Escuela Floribert, su decisión de coraje y pagada con la vida por el Evangelio no cesa de dar frutos de paz y de reconciliación por su tierra.
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