ORACIÓN CADA DÍA

Memoria de los santos y de los profetas
Palabra de dios todos los dias
Libretto DEL GIORNO
Memoria de los santos y de los profetas


Lectura de la Palabra de Dios

Gloria a ti, oh Señor, sea gloria a ti

Ustedes son una estirpe elegida,
un sacerdocio real, nación santa,
pueblo adquirido por Dios
para proclamar sus maravillas.

Gloria a ti, oh Señor, sea gloria a ti

Eclesiastés 4,13-16

Más vale mozo pobre y sabio
que rey viejo y necio,
que no sabe ya consultar. Pues de prisión salió quien llegó a reinar,
aunque pobre en sus dominios naciera. Veo a todos los vivientes que caminan bajo el sol, ponerse junto al mozo, el sucesor, el que ocupará su puesto. Era sin fin la multitud a cuyo frente estaba; tampoco la posteridad se contentará de él. También esto es vanidad y atrapar vientos.

 

Gloria a ti, oh Señor, sea gloria a ti

Ustedes serán santos
porque yo soy santo, dice el Señor.

Gloria a ti, oh Señor, sea gloria a ti

Esta última parte del capítulo cuarto, enteramente dedicado a indagar sobre la vida social, examina el poder político. Cohélet bosqueja una parábola a la que confiere un valor simbólico universal. Toma como ejemplo a un mozo pobre pero sabio que sale de prisión y se convierte en rey, mientras el viejo rey, en su necedad, no escucha los consejos de nadie. Se pensaba que la vejez conllevaba la sabiduría; aquí se ve, en cambio, un rey viejo que actúa neciamente y que no escucha los consejos. Ese mozo, de origen humilde, tal vez encarcelado por el mismo rey, es liberado de la prisión y proclamado rey por la multitud. Sin embargo es fácil que este mismo joven se deje corromper también él y pierda el favor del pueblo, y que en su lugar sea puesto otro por la misma multitud que en un principio le había aclamado. Los reyes se suceden los unos a los otros, uno distinto del otro, uno viejo y necio, otro que usurpa el poder de su predecesor, y todos obtienen su tributo de gloria. Pero las multitudes cambian fácilmente de opinión y de sentimientos. No se puede decir, por tanto, que el poder se le confiera a los sabios, ni que las multitudes aclamen sólo a los sabios y honestos. La volubilidad de la gente permite el triunfo, aunque sea momentáneo, de cualquier régimen. También las revoluciones son "hebel", un soplo de viento.

PALABRA DE DIOS TODOS LOS DÍAS: EL CALENDARIO

La oración es el corazón de la vida de la Comunidad de Sant’Egidio, su primera “obra”. Cuando termina el día todas las Comunidades, tanto si son grandes como si son pequeñas, se reúnen alrededor del Señor para escuchar su Palabra y dirigirse a Él en su invocación. Los discípulos no pueden sino estar a los pies de Jesús, como María de Betania, para elegir la “mejor parte” (Lc 10,42) y aprender de Él sus mismos sentimientos (cfr. Flp 2,5).

Siempre que la Comunidad vuelve al Señor, hace suya la súplica del discípulo anónimo: “¡Señor, enséñanos a orar” (Lc 11,1). Y Jesús, maestro de oración, continúa contestando: “Cuando oréis, decid: Abbá, Padre”.

Cuando oramos, aunque lo hagamos dentro de nuestro corazón, nunca estamos aislados ni somos huérfanos, porque somos en todo momento miembros de la familia del Señor. En la oración común se ve claramente, además del misterio de la filiación, el de la fraternidad.

Las Comunidades de Sant'Egidio que hay por el mundo se reúnen en los distintos lugares que destinan a la oración y presentan al Señor las esperanzas y los dolores de los hombres y mujeres “vejados y abatidos” de los que habla el Evangelio (Mt 9,37). En aquella gente de entonces se incluyen los habitantes de las ciudades contemporáneas, los pobres que son marginados de la vida, todos aquellos que esperan que alguien les contrate (cfr. Mt 20).

La oración común recoge el grito, la aspiración, el deseo de paz, de curación, de sentido de la vida y de salvación que hay en los hombres y las mujeres de este mundo. La oración nunca es vacía. Sube incesante al Señor para que el llanto se transforme en alegría, la desesperación en felicidad, la angustia en esperanza y la soledad en comunión. Y para que el Reino de Dios llegue pronto a los hombres.