ORACIÓN CADA DÍA

Epifanía del Señor
Palabra de dios todos los dias

Epifanía del Señor

Epifanía del Señor
Las Iglesias ortodoxas que siguen el calendario gregoriano celebran el Bautismo del Señor en el Jordán y su manifestación (epifanía) al mundo.
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Libretto DEL GIORNO
Epifanía del Señor
Lunes 6 de enero

Himno

Cuenten / Contad pastores, a quién han / habéis visto :
¡ Anuncien / Anunciad al que ha nacido en la tierra !

No han / habéis visto, pastores, un poderoso,
no han / habéis visto legiones de hombres;
esos tienen carros y caballos,
el que ha nacido tiene al Señor.

La mujer ha dado a luz un niño,
lo han recostado en un pesebre,
en la ciudad de Belén de Judea
no había sitio para él.

El niño que ha nacido es un signo,
con él nace un cielo nuevo,
con él despunta una tierra nueva,
se proclama el tiempo del Señor.

José lo llevó al país de Egipto,
pero de Egipto el hijo fue llamado
y fue a vivir a Nazaret,
por ello será llamado Nazareno.

El Espíritu del Señor está sobre él,
lo ha mandado a los pobres y a los ciegos,
a los prisioneros y a los de corazón contrito.
Hoy se cumple la promesa.

Cuenten / Contad pastores, a quién han / habéis visto :
¡ Anuncien / Anunciad al que ha nacido en la tierra !

PALABRA DE DIOS TODOS LOS DÍAS: EL CALENDARIO

La oración es el corazón de la vida de la Comunidad de Sant’Egidio, su primera “obra”. Cuando termina el día todas las Comunidades, tanto si son grandes como si son pequeñas, se reúnen alrededor del Señor para escuchar su Palabra y dirigirse a Él en su invocación. Los discípulos no pueden sino estar a los pies de Jesús, como María de Betania, para elegir la “mejor parte” (Lc 10,42) y aprender de Él sus mismos sentimientos (cfr. Flp 2,5).

Siempre que la Comunidad vuelve al Señor, hace suya la súplica del discípulo anónimo: “¡Señor, enséñanos a orar” (Lc 11,1). Y Jesús, maestro de oración, continúa contestando: “Cuando oréis, decid: Abbá, Padre”.

Cuando oramos, aunque lo hagamos dentro de nuestro corazón, nunca estamos aislados ni somos huérfanos, porque somos en todo momento miembros de la familia del Señor. En la oración común se ve claramente, además del misterio de la filiación, el de la fraternidad.

Las Comunidades de Sant'Egidio que hay por el mundo se reúnen en los distintos lugares que destinan a la oración y presentan al Señor las esperanzas y los dolores de los hombres y mujeres “vejados y abatidos” de los que habla el Evangelio (Mt 9,37). En aquella gente de entonces se incluyen los habitantes de las ciudades contemporáneas, los pobres que son marginados de la vida, todos aquellos que esperan que alguien les contrate (cfr. Mt 20).

La oración común recoge el grito, la aspiración, el deseo de paz, de curación, de sentido de la vida y de salvación que hay en los hombres y las mujeres de este mundo. La oración nunca es vacía. Sube incesante al Señor para que el llanto se transforme en alegría, la desesperación en felicidad, la angustia en esperanza y la soledad en comunión. Y para que el Reino de Dios llegue pronto a los hombres.