ORACIÓN CADA DÍA

Memoria de la Madre del Señor
Palabra de dios todos los dias

Memoria de la Madre del Señor

Recuerdo de Nuestra Señora de Guadalupe, en México. Recuerdo de Filomena, anciana de Trastévere, en Roma, muerta en un asilo en 1976. Junto a ella recordamos a todos los ancianos, en especial a los que están solos y viven en asilos. Leer más

Libretto DEL GIORNO
Memoria de la Madre del Señor
Martes 12 de diciembre

Salmo responsorial

Psaume 102 (103)

Bendice a Yahveh, alma mía,
del fondo de mi ser, su santo nombre,

bendice a Yahveh, alma mía,
no olvides sus muchos beneficios.

El, que todas tus culpas perdona,
que cura todas tus dolencias,

rescata tu vida de la fosa,
te corona de amor y de ternura,

satura de bienes tu existencia,
mientras tu juventud se renueva como el águila.

Yahveh, el que hace obras de justicia,
y otorga el derecho a todos los oprimidos,

manifestó sus caminos a Moisés,
a los hijos de Israel sus hazañas.

Clemente y compasivo es Yahveh,
tardo a la cólera y lleno de amor;

no se querella eternamente
ni para siempre guarda su rencor;

no nos trata según nuestros pecados
ni nos paga conforme a nuestras culpas.

Como se alzan los cielos por encima de la tierra,
así de grande es su amor para quienes le temen;

tan lejos como está el oriente del ocaso
aleja él de nosotros nuestras rebeldías.

Cual la ternura de un padre para con sus hijos,
así de tierno es Yahveh para quienes le temen;

que él sabe de qué estamos plasmados,
se acuerda de que somos polvo.

¡El hombre! Como la hierba son sus días,
como la flor del campo, así florece;

pasa por él un soplo, y ya no existe,
ni el lugar donde estuvo vuelve a conocerle.

Mas el amor de Yahveh desde siempre hasta siempre
para los que le temen,
y su justicia para los hijos de sus hijos,

para aquellos que guardan su alianza,
y se acuerdan de cumplir sus mandatos.

Yahveh en los cielos asentó su trono,
y su soberanía en todo señorea.

Bendecid a Yahveh, ángeles suyos,
héroes potentes, ejecutores de sus órdenes,
en cuanto oís la voz de su palabra.

Bendecid a Yahveh, todas sus huestes,
servidores suyos, ejecutores de su voluntad.

Bendecid a Yahveh, todas sus obras,
en todos los lugares de su imperio.
¡Bendice a Yahveh, alma mía!

PALABRA DE DIOS TODOS LOS DÍAS: EL CALENDARIO

La oración es el corazón de la vida de la Comunidad de Sant’Egidio, su primera “obra”. Cuando termina el día todas las Comunidades, tanto si son grandes como si son pequeñas, se reúnen alrededor del Señor para escuchar su Palabra y dirigirse a Él en su invocación. Los discípulos no pueden sino estar a los pies de Jesús, como María de Betania, para elegir la “mejor parte” (Lc 10,42) y aprender de Él sus mismos sentimientos (cfr. Flp 2,5).

Siempre que la Comunidad vuelve al Señor, hace suya la súplica del discípulo anónimo: “¡Señor, enséñanos a orar” (Lc 11,1). Y Jesús, maestro de oración, continúa contestando: “Cuando oréis, decid: Abbá, Padre”.

Cuando oramos, aunque lo hagamos dentro de nuestro corazón, nunca estamos aislados ni somos huérfanos, porque somos en todo momento miembros de la familia del Señor. En la oración común se ve claramente, además del misterio de la filiación, el de la fraternidad.

Las Comunidades de Sant'Egidio que hay por el mundo se reúnen en los distintos lugares que destinan a la oración y presentan al Señor las esperanzas y los dolores de los hombres y mujeres “vejados y abatidos” de los que habla el Evangelio (Mt 9,37). En aquella gente de entonces se incluyen los habitantes de las ciudades contemporáneas, los pobres que son marginados de la vida, todos aquellos que esperan que alguien les contrate (cfr. Mt 20).

La oración común recoge el grito, la aspiración, el deseo de paz, de curación, de sentido de la vida y de salvación que hay en los hombres y las mujeres de este mundo. La oración nunca es vacía. Sube incesante al Señor para que el llanto se transforme en alegría, la desesperación en felicidad, la angustia en esperanza y la soledad en comunión. Y para que el Reino de Dios llegue pronto a los hombres.