La basílica de Sant Just i Pastor se ha quedado pequeña para recordar a Modesta Valenti, juntamente con Rafael y Antonio, y muchos otros amigos que hemos conocido y querido en Barcelona y que han muerto por la dureza de la vida en la calle. Rafael Diaz, 45 años, y Antonio Varela, 60 años, dormían en la calle. Rafael murió la noche del 30 de diciembre de 1996 y Antonio un día después, en una de las noches más frías de aquel invierno. P. Armand los recordaba al inicio de la litúrgica eucarística en la que participaron más de un centenar de amigos de la calle junto con muchas personas que han visto como la memoria de Modesta continúa interpelándonos y “hace crecer nuestra amistad”.
El icono de la Virgen de la Misericordia recordaba que nos reuníamos bajo su protección. Hemos escuchado el nombre de las personas que nos han dejado. Cada nombre recuerda una historia, como la de Mihaela de Rumania, de 20 años, que murió quemada en su barraca junto con otros tres jóvenes. Al oír sus nombres, todos sus familiares y amigos se levantaron para encender una candela. Un silencio profundo, lleno de respeto y emoción inundó toda la celebración. Al final de la liturgia una procesión esperaba un saludo, una flor y un recuerdo de la Virgen de la misericordia.
La jornada ha terminado con una comida familiar en la "Casa de la Solidaridad", en la "Casa de San Lázaro" y en los locales de la basílica de Sant Just. Durante la comida el afecto y el agradecimiento se confundían en una gran alegría. El brindis celebró la amistad que con los años se va tejiendo: por todos los amigos que nos han dejado y recordamos, por los que tenemos y por todos los que vendrán. Sí, por una amistad que no se olvida de nadie, como dijo Ricardo de Colombia: "Hablo con otras personas y cuando se giran y se van sé que no se acordarán más de mi. En cambio tú siempre tienes mi nombre en tu corazón, sé que no te olvidas de mí, de invitarme... esto es muy importante porque yo aquí no tengo a nadie. Gracias!". |