A la misma hora en la que en San Salvador se celebra la beatificación de monseñor Óscar Arnulfo Romero, la Comunidad de Sant’Egidio invita a todo el mundo a hacer una vigilia por los mártires de la fe de nuestro tiempo. El acto será en la basílica que Juan Pablo II quiso dedicar a los testimonios de la fe de los siglos XX y XXI y que contiene reliquias de dichos mártires, incluido el misal del arzobispo de San Salvador, asesinado en el altar el 24 de marzo de 1980 por quienes odiaban su amor por los pobres.
Con esta vigilia, que tendrá carácter ecuménico, es nuestra intención recordar a nuestros numerosos mártires contemporáneos. El sufrimiento de los cristianos y de las minorías religiosas en Oriente Medio, en África y en Asia interpela con urgencia a la conciencia de los europeos, y en particular, de los cristianos, e invitan a la oración y a acciones de solidaridad que lleven a la paz y a la reconciliación. Recientemente, la primera cumbre intercristiana organizada en Bari por la Comunidad de Sant'Egidio y por la Archidiócesis de Bari-Bitonto, ha reunido a representantes de las Iglesias cristianas, diplomáticos y responsables políticos y ha lanzado una fuerte señal de alarma ante el peligro de la ruptura de equilibrios seculares y de una verdadera crisis humanitaria.
Conscientes de la importancia de esta vigilia de Pentecostés, convocada por la Conferencia Episcopal Italiana, queremos manifestar nuestra cercanía a los cristianos perseguidos en las distintas zonas del mundo a través de la oración y de una apremiante invitación a promover intervenciones humanitarias que ya no pueden esperar más, como la que ha solicitado en varias ocasiones una tregua y un corredor humanitario para salvar la ciudad siria de Alepo.
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