25 años de paz en El Salvador: Sant'Egidio lo celebra enviando ayuda humanitaria a los detenidos

Los jóvenes de la Comunidad se ocupan del reparto entre las familias de los presos y los menores retenidos

2017 es un año especial para El Salvador, que celebra el 25 aniversario de la paz firmada en 1992, tras una guerra civil que llevaba activa más de 12 años y que provocó más de 80.000 víctimas y unos 15.000 desaparecidos. La Comunidad de Sant'Egidio ha querido celebrar estos años de paz con los detenidos en las cárceles del país centroamericano: el domingo 19 de febrero llegaron a El Salvador dos contenedores de ayuda humanitaria que contribuirán a aliviar la precaria situación de los presos.

Unas 270 mil piezas de ropa salieron de Roma gracias a una recogida de Navidad a favor de los detenidos y gracias a la colaboración del Núcleo de Policía Tributaria de la Guardia de Finanzas de Roma, que dio a la Comunidad de Sant'Egidio gran cantidad de prendas de vestir nuevas decomisadas que, de otro modo, habrían terminado destruidas. La ayuda se envió con la colaboración de la Cooperación al Desarrollo del Ministerio de Exteriores y de las Naciones Unidas. Los jóvenes de la Comunidad de Sant'Egidio se ocuparán de repartirlas entre las familias de los detenidos y los menores que están bajo tutela judicial.

A pesar del clima de fiesta por los 25 años de paz, crece en El Salvador la preocupación por las medidas contra los flujos migratorios recientemente propuestas por Estados Unidos, donde actualmente viven unos 2 millones de salvadoreños. Solo en la última semana de enero aterrizaron en El Salvador cinco vuelos federales provenientes de Estados Unidos con 439 personas repatriadas. Las autoridades migratorias del país centroamericano calculan que en los próximos meses, si las propuestas de lucha contra las migraciones se aprueban, el número de repatriaciones podría alcanzar una media de 2000 personas al mes, con serias repercusiones sobre la situación social del país.

En este contexto, la Comunidad de Sant'Egidio, presente en muchas ciudades de El Salvador con las Escuelas de la Paz y un programa de apadrinamientos, renueva su compromiso especialmente en las realidades más periféricas, para difundir una cultura de paz y de no violencia.