La brújula del cristiano es seguir a Cristo crucificado que lleva sobre sí las llagas de nuestros hermanos

La «brújula del cristiano es seguir a Cristo crucificado»: no un falso Dios «desencarnado y abstracto», sino Dios que se hizo carne y que lleva sobre sí «las llagas de nuestros hermanos». Una fuerte llamada a la conversión y a lo concreto de la realidad es la sugerencia del Papa Francisco para la Cuaresma, propuesta en la meditación de la misa celebrada el jueves 2 de marzo por la mañana, en la capilla de la Casa Santa Marta.

«La palabra, la exhortación de la Iglesia precisamente desde el inicio de la Cuaresma es “convertíos”» y «lo hemos dicho antes del Evangelio: “Convertíos, dice el Señor”» hizo notar el Pontífice enseguida, citando el canto al Evangelio, tomado de Mateo (4, 17). Así «hoy —explicó— la liturgia de la Palabra nos hace reflexionar sobre tres realidades que hay tener delante para esta conversión: la realidad del hombre —la realidad de la vida— la realidad de Dios y la realidad del camino». Estas «son realidades de la experiencia humana, las tres, pero que la Iglesia, y también nosotros, tenemos delante para esta conversión».

Meditación en la capilla de Santa Marta, 2 de marzo de  2017

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