El frente de ola ya ha abandonado el norte del país y se dirige hacia la región del Sind, pero los terrenos permanecerán inundados todavía varias semanas, prolongando así la angustia y la miseria de aquellos que querrían volver a reconstruir su vida.
En este escenario dramático, en el que a la solidaridad internacional le cuesta despegar, la Comunidad de Sant’Egidio se está moviendo en varios frentes. Tras las inspecciones y las primeras distribuciones de agua y víveres, se han intensificado las recogidas de ayuda en las grandes ciudades de Lahore, Islamabad y Faisalabad.
Sant’Egidio ha obtenido el permiso de llevar a cabo recogidas en algunos bazares de los barrios ricos. Se trata de una iniciativa que ha suscitado primero la curiosidad y luego la reacción solidaria de mucha gente. Ofrecer ayuda, sin tener en cuenta la proveniencia social o la fe religiosa, ayuda a superar el sentimiento de impotencia que ha arrollado indistintamente a los paquistaníes estos días.
La ayuda recogida se repartirá dentro de poco junto a la ayuda proveniente de Europa en el barrio de barracas de Nowshera, en la periferia de la capital.
También desde Europa la Comunidad de Sant’Egidio ha organizado envíos de ayuda de emergencia. A través de la embajada de Pakistán en Italia la semana pasada se envió una gran cantidad de medicamentos básicos para la malaria, el cólera y la disentería que ya han aterrizado en Islamabad gracias a puentes aéreos. Son especialmente apreciados los potabilizadores y los pañales, pues la mayoría de la población está formada por niños.
Farmacias, empresas farmacéuticas y empresas de la región del Lazio están ayudando no solo con fármacos sino también con otros productos de primera necesidad; en particular, las autoridades paquistaníes piden alimentos ya preparados, como galletas, latas de verduras y alimentos aceptados por las tradiciones islámicas.
El agradecimiento por una respuesta tan rápida da muestra del vínculo de la Comunidad con Pakistán, tierra que ha sufrido muchos desastres, que espera en la solidaridad una esperanza pra su futuro.