Publicamos algunos pasajes de las primeras intervenciones en el Congreso "Primavera árabe. Hacia un nuevo pacto nacional”, que se está llevando a cabo hoy en la Comunidad de Sant’Egidio de Roma.
El congreso se transmite en directo a través de la web.
Las intervenciones también se publican en el canal Sant'Egidio YouTube
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De la intervención de Andrea Riccardi, ministro de integración y cooperación internacional:
Frente a la primavera árabe hace falta la inteligencia de la historia. Este congreso es útil para entender la primavera árabe, que ha sido una sorpresa de la historia. Tras el 11 de septiembre se desató la ideología del choque de civilizaciones entre islam y Occidente, como si estuvieran inevitablemente destinadas a estar en conflicto. La primavera árabe está transformando el Mediterráneo que puede convertirse en mar de encuentro, lugar de la convivencia en la democracia. La primavera árabe tiene historias y soluciones muy distintas y hoy estamos aquí para tomar conciencia de dicho fenómeno de grandísima importancia: en el Mediterráneo tenemos que construir un nuevo marco de relaciones y de democracia. La primavera árabe ha demostrado que el islam y la democracia no están tan alejados como se pensaba desde hace tiempo. Túnez es un claro ejemplo de ello. En el Mediterráneo, en un marco democrático, países de culturas y tradiciones diferentes se pueden encontrar. En el mundo musulmán la pluralidad religiosa, social y de ideas requiere un nuevo marco de convivencia. Hace falta impregnar nuestra relación con el otro y también con el mundo islámico de la simpatía y hay que borrar la distancia y la desconfianza: es la clave de la cultura del Mediterráneo. Este congreso presta una gran atención a la primavera árabe, y en eso radica el valor de la libertad y de la democracia. El Mediterráneo se está convirtiendo en el mar de la conciencia.
De la intervención de Rashid Ghannushi, movimiento Ennadha, Túnez
“En la búsqueda de la democracia, ¿el mundo árabe constituye una excepción?”, se preguntó al inicio de su intervención Rashid Gannushi, el líder del Movimiento Ennadha, que resultó vencedor del proceso de democratización en Túnez, durante el congreso organizado por Sant’Egidio sobre la primavera árabe. “La primavera árabe ha unido este mundo al resto del mundo”, continuó. En cuanto a los vínculos entre religión y política, recordó que Europa vivió el siglo pasado la experiencia de brutales dictaduras “laicas”, de las que se libró gracias a partidos de fuerte inspiración religiosa, como la Democracia Cristiana en Italia, que dieron un impulso decisivo al renacimiento democrático. “La primavera árabe inauguró definitivamente la época de la unión entre islam y democracia”, afirmó, recordando también que “construir una democracia es una tarea más difícil y compleja que destruir una dictadura. Pero hoy, en Túnez, las divergencias entre musulmanes y laicos no son insuperables: estamos juntos en el Gobierno. Ahora el pueblo –dijo para terminar– participa más en la vida pública porque el islam ha acercado a las personas a la política. Para terminar hizo referencia al problema de la emigración. “Entre norte y sur del Mediterráneo existía un muro, y este muro era el origen de muchas historias dramáticas y de empobrecimiento. Los horizontes de desarrollo que se han abierto en nuestros países abatirán el muro y abrirán una nueva página de historia para esta zona del mundo.
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