Un gesto de diálogo y de amistad que se renueva desde hace años: las comunidades de Sant’Egidio de Indonesia y de Pakistán, países donde los cristianos son claramente minoría, acogen a los pobres amigos suyos, casi todos musulmanes, para que puedan celebrar el final del mes del Ramadán.
Es una demostración de amor gratuito que ayuda a crear una cultura de convivencia.
Este año han participado muchos: niños de la calle, mendigos y personas sin techo. En Indonesia en total era dos mil pobres: en Yakarta, en la Biblioteca nacional y en la parroquia de Toasebio; en Yoghakarta, en Medán y en centros más pequeños del archipiélago.
En Pakistán, las celebraciones se han llevado a cabo en el hospital católico de Sargodha y en la cárcel de la ciudad, donde la comunidad va habitualmente.
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La invitación personal |
En la parroquia de Toasebio, en Yakarta |
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En el hospital católico de Sargodha, de Pakistán |
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