“Él es Dios y se hizo siervo, nuestro servidor. Esta es la herencia: también ustedes tienen que ser servidores los unos de los otros, Él recorrio este camino por amor, y ustedes también deben amarse, ser servidores en el amor. Esta es la verdad que nos deja Jesús”.
El lavatorio de pies es un gesto simbólico, lo hacían los esclavos, los siervos: la gente que venía a comer o a cenar, porque en ese entonces los caminos eran de tierra, cuando entraban a la casa tenían que lavarse los pies.
Y por este motivo, “la Iglesia, el día de hoy”, recuerda la última Cena, “cuando Jesús instituyó la Eucaristía”, y recuerda “este gesto de lavar los pies que nos recuerda que debemos ser siervos los unos de los otros.
MISA IN COENA DOMINI, 17 de abril de 2014 |