La canciller de Alemania defiende el asilo y el cerco a los traficantes en el encuentro interreligioso de San Egidio

Hay jornadas en que política y religión van de la mano con las mejores intenciones. La campaña para las elecciones alemanas del 24 de septiembre se difuminó este domingo en la agenda de la canciller, Angela Merkel, que acudió a la apertura del encuentro interreligioso por la paz de la Comunidad de San Egidio, que este movimiento católico internacional fundado en Italia celebra cada año en una ciudad distinta. En esta edición es acogido por las localidades alemanas de Münster y Osnabrück, en el oeste. “El diálogo entre religiones no sólo es posible, sino necesario”, dijo Merkel a un público entregado, que abarrotaba el centro de congresos de Münster. La canciller, hija de un pastor luterano, admitió en alusión al terrorismo que “hay quienes abusan de las religiones para conferir un significado a la violencia”, pero llamó a “no atrincherarse en mundos paralelos, porque sabemos que del mutuo desconocimiento nace el peligro de los prejuicios”.

En su discurso, dedicado a desafíos europeos y mundiales, afloró un asunto clave de su mandato como canciller: la crisis migratoria. Hace ahora dos años, invocando “motivos humanitarios”, Merkel decidió abrir las fronteras de Alemania a miles de refugiados que huían de Siria, Irak y Afganistán. Entre el 2015 y julio de este año llegaron más de 1,3 millones de solicitantes de asilo, lo cual laminó su popularidad durante meses, pues no todos los alemanes están de acuerdo con la medida. Ahora ella se esfuerza por atajar nuevas llegadas y por agilizar la deportación de quienes no reúnen los requisitos para recibir asilo. Ayer llamó de nuevo a combatir la inmigración ilegal.
La frase

“Debemos combatir a los traficantes de personas, traficantes sin escrúpulos, y procurar acceso seguro a Europa a quienes necesitan protección”, sostuvo la líder democristiana, quien alabó el acuerdo de la UE con Turquía de marzo del 2016, “pues así se han reducido las muertes en el mar Egeo”. Ahora, prosiguió, es preciso concentrarse en evitar más tragedias en el Mediterráneo, por la vía de acuerdos con los países de origen y de tránsito, y con infraestructuras de asistencia en Libia para las personas que aspiran a embarcar hacia Italia.

“Agradezco a la Comunidad de San Egidio su compromiso en la creación de los corredores humanitarios, que ayudan a los refugiados a no caer en manos de los traficantes”, dijo Merkel. Estos corredores transportan sin peligro hasta Italia a personas especialmente vulnerables (víctimas de tortura y violencia, familias con niños, ancianos, enfermos y discapacitados), con opción a solicitar asilo. Entre febrero del 2016 y julio del 2017 llegaron así a Italia 850 personas desde Siria.

La canciller habló también de Europa y de su historia de búsqueda de la paz tras dos guerras mundiales, recordando que en el siglo XVII precisamente en Münster y en la vecina Osnabrück tuvieron lugar las negociaciones que condujeron a la paz de Westfalia de 1648, que puso fin a la Guerra de los Treinta Años. Entre hoy y mañana, en estas mismas ciudades y bajo el lema Caminos de paz, líderes religiosos, intelectuales y políticos de varios países debatirán sobre migración, justicia social, terrorismo, medio ambiente, y cristianismo e islam, entre otras cuestiones.

Este encuentro recala en Alemania por segunda vez –en el 2011 se celebró en Munich–, y también por segunda vez recibe la visita de Merkel, que abrió las sesiones muniquesas. Estos encuentros se inspiran en el que convocó en 1986 el papa Juan Pa­blo II en Asís (Italia), en el que líderes de distinto credo rezaron por la paz, cada cual según su rito.


[ Maria Paz López ]