LA PREGÀRIA CADA DIA

Sábado santo
Paraula de déu cada dia

Sábado santo

Los judíos celebran el comienzo del tiempo de Pascua (Pesah). Llegir més

Libretto DEL GIORNO
Sábado santo
Sábado 16 de abril

Los judíos celebran el comienzo del tiempo de Pascua (Pesah).


Lectura de la Palabra de Dios

Gloria a ti, oh Señor, sea gloria a ti

Quien vive y cree en mí
no morirá jamas.

Gloria a ti, oh Señor, sea gloria a ti

Lucas 23,50-56

Había un hombre llamado José, miembro del Consejo, hombre bueno y justo, que no había asentido al consejo y proceder de los demás. Era de Arimatea, ciudad de Judea, y esperaba el Reino de Dios. Se presentó a Pilato y le pidió el cuerpo de Jesús y, después de descolgarle, le envolvió en una sábana y le puso en un sepulcro excavado en la roca en el que nadie había sido puesto todavía. Era el día de la Preparación, y apuntaba el sábado. Las mujeres que habían venido con él desde Galilea, fueron detrás y vieron el sepulcro y cómo era colocado su cuerpo, Y regresando, prepararon aromas y mirra. Y el sábado descansaron según el precepto.

 

Gloria a ti, oh Señor, sea gloria a ti

Si tú crees, verás la gloria de Dios,
dice el Señor.

Gloria a ti, oh Señor, sea gloria a ti

Una persona buena y justa no secundó la decisión de matar a Jesús. José de Arimatea se había abstenido de aprobar la sentencia capital pronunciada por el sanedrín. Otro José llega al final de la vida de Jesús. El primero le salvó de Herodes, el segundo le baja de la Cruz, le envuelve en una sábana y le deposita en un sepulcro nuevo. A él se unen también las mujeres que habían seguido a Jesús. Ante el sepulcro, ante el dolor de este mundo, ante la muerte, ante el sueño de los discípulos, ante los muchos sufrimientos que envuelven el mundo, queda solo la fe en las palabras de Jesús, que se ha confiado al padre. Ante la dimensión de dolor, quien no se suma a la decisión de matar y de oprimir al hombre no está llamado solo a llorar sino a creer, a rezar, a tener esperanza en una hora diferente, a dar lo que se tiene, quizás solo la sábana de la misericordia o el sepulcro para la sepultura. La tradición de la iglesia sostiene que este día Jesús desciende a los "infiernos", la morada de los muertos, para tomarles consigo, comenzando por Adán y Eva, y llevarles al Paraíso. Es el icono de la Pascua venerado en la tradición ortodoxa. Es de aquí de donde parte la resurrección, del descenso de Jesús que ha vencido la muerte y desciende a los infiernos de este mundo para salvar a los hombres. Podemos decir que Jesús, aún hoy, continúa descendiendo a los numerosos "infiernos" de hoy para arrancar de las manos de la muerte a cuantos han sufrido la violencia del mal y ha sido abatidos. El resucitado quiere llevarles consigo al cielo. A ellos y a muchos otros Jesús aún les sigue diciendo: "Hoy estarás conmigo en el paraíso".

La pregària és el cor de la vida de la Comunitat de Sant’Egidio, la seva primera "obra". Al final del dia, totes les Comunitats, tant si són grans com si són petites, es reuneixen al voltant del Senyor per escoltar la seva Paraula i dirigir-s'hi en la seva invocació. Els deixebles només poden estar als peus de Jesús, com Maria de Betània, per triar la "millor part" (Lc 10,42) i aprendre'n els seus mateixos sentiments (cfr. Flp 2,5).

Sempre que la Comunitat torna al Senyor, fa seva la súplica del deixeble anònim: "Senyor, ensenya'ns a pregar" (Lc 11,1). I Jesús, mestre de pregària, respon: "Quan pregueu, digueu: Abbà, Pare".

Quan preguem, encara que ho fem dins del cor, mai no estem aïllats ni som orfes, perquè en tot moment som membres de la família del Senyor. En la pregària comuna es veu clarament, a més del misteri de la filiació, el de la fraternitat.

Les Comunitats de Sant'Egidio que hi ha al món es reuneixen als diferents llocs que destinen a la pregària i presenten al Senyor les esperances i els dolors dels homes i les dones "malmenats i abatuts" de què parla l'Evangeli (Mt 9,36). En aquella gent d'aleshores s'inclouen els habitants de les ciutats contemporànies, els pobres que són marginats de la vida, tots aquells que esperen que algú els contracti (cfr. Mt 20).

La pregària comuna recull el crit, l'aspiració, el desig de pau, de guarició, de sentit de la vida i de salvació que hi ha en els homes i les dones d'aquest món. La pregària mai no és buida. Puja incessantment al Senyor perquè el plor es transformi en joia, la desesperació en felicitat, l'angoixa en esperança i la solitud en comunió. I perquè el Regne de Déu arribi aviat als homes.