LA PREGÀRIA CADA DIA

Oración por la Iglesia
Paraula de déu cada dia

Oración por la Iglesia

Recuerdo de Atenágoras (+1972), patriarca de Constantinopla, padre del diálogo ecuménico. Llegir més

Libretto DEL GIORNO
Oración por la Iglesia
Jueves 7 de julio

Recuerdo de Atenágoras (+1972), patriarca de Constantinopla, padre del diálogo ecuménico.


Lectura de la Palabra de Dios

Aleluya, aleluya, aleluya.

Yo soy el buen pastor,
mis ovejas escuchan mi voz
y devendrán
un solo rebaño y un solo redil.

Aleluya, aleluya, aleluya.

Oseas 11,1-4.8-9

Cuando Israel era niño, yo le amé, y de Egipto llamé a mi hijo. Cuanto más los llamaba, más se alejaban de mí:
a los Baales sacrificaban,
y a los ídolos ofrecían incienso. Yo enseñé a Efraím a caminar,
tomándole por los brazos,
pero ellos no conocieron que yo cuidaba de ellos. Con cuerdas humanas los atraía,
con lazos de amor,
y era para ellos como los que alzan a un niño contra
su mejilla,
me inclinaba hacia él y le daba de comer. ¿Cómo voy a dejarte, Efraím,
cómo entregarte, Israel?
¿Voy a dejarte como a Admá,
y hacerte semejante a Seboyim?
Mi corazón está en mí trastornado,
y a la vez se estremecen mis entrañas. No daré curso al ardor de mi cólera,
no volveré a destruir a Efraím,
porque soy Dios, no hombre;
en medio de ti yo soy el Santo,
y no vendré con ira.

 

Aleluya, aleluya, aleluya.

Les doy un mandamiento nuevo:
que se amen los unos a los otros.

Aleluya, aleluya, aleluya.

Este pasaje describe la atención paterna y materna de Dios por Israel. El mismo llamamiento inicial de Dios a Israel para liberarlo de la esclavitud de Egipto brota gratuito de un corazón apasionado que quiere no solo liberar a aquel hijo sino también confiarle una misión extraordinaria. Para aquel hijo la liberad es cumplir el sueño que el Padre tiene para la humanidad. Lo libra de la esclavitud, lo cuida, lo hace crecer, le enseña a caminar tomándolo de la mano, lo atrae hacia él con lazos de misericordia y se inclina para alimentarlo. Lo hace todo por aquel hijo. ¡Y aun así no recibe más que traiciones! Es una página vehemente de amor que podemos aplicarnos también a nosotros. El Señor también nos ha cuidado a nosotros, como un padre tierno y atento. Nos ha hecho formar parte de su pueblo de su familia, de la comunidad de creyentes. Y nos ha dado una madre, la Iglesia, como solían decir los Padres de la primera Iglesia: "No se puede tener a Dios por padre si no se tiene a la Iglesia por madre". Nosotros, en cambio, muchas veces seguimos tras nuestros pequeños proyectos, nuestras cortas perspectivas, rechazamos el amor de Dios y nos alejamos de él. Pero el Señor no abandona el sueño que tiene para nosotros, el sueño de librarnos de todas las esclavitudes del mundo para que seamos testigos en medio de todos los pueblos de un amor extraordinario que no tiene otro límite que el de ser ilimitado. Por eso, a pesar de nuestras traiciones, el Padre vuelve a llamarnos, a inclinarse ante nosotros, a seguirnos con diligencia, a perdonarnos y a llevarnos hacia él.

PARAULA DE DÉU CADA DIA: EL CALENDARI

La pregària és el cor de la vida de la Comunitat de Sant’Egidio, la seva primera "obra". Al final del dia, totes les Comunitats, tant si són grans com si són petites, es reuneixen al voltant del Senyor per escoltar la seva Paraula i dirigir-s'hi en la seva invocació. Els deixebles només poden estar als peus de Jesús, com Maria de Betània, per triar la "millor part" (Lc 10,42) i aprendre'n els seus mateixos sentiments (cfr. Flp 2,5).

Sempre que la Comunitat torna al Senyor, fa seva la súplica del deixeble anònim: "Senyor, ensenya'ns a pregar" (Lc 11,1). I Jesús, mestre de pregària, respon: "Quan pregueu, digueu: Abbà, Pare".

Quan preguem, encara que ho fem dins del cor, mai no estem aïllats ni som orfes, perquè en tot moment som membres de la família del Senyor. En la pregària comuna es veu clarament, a més del misteri de la filiació, el de la fraternitat.

Les Comunitats de Sant'Egidio que hi ha al món es reuneixen als diferents llocs que destinen a la pregària i presenten al Senyor les esperances i els dolors dels homes i les dones "malmenats i abatuts" de què parla l'Evangeli (Mt 9,36). En aquella gent d'aleshores s'inclouen els habitants de les ciutats contemporànies, els pobres que són marginats de la vida, tots aquells que esperen que algú els contracti (cfr. Mt 20).

La pregària comuna recull el crit, l'aspiració, el desig de pau, de guarició, de sentit de la vida i de salvació que hi ha en els homes i les dones d'aquest món. La pregària mai no és buida. Puja incessantment al Senyor perquè el plor es transformi en joia, la desesperació en felicitat, l'angoixa en esperança i la solitud en comunió. I perquè el Regne de Déu arribi aviat als homes.