LA PREGÀRIA CADA DIA

Oración con los santos
Paraula de déu cada dia

Oración con los santos

Recuerdo de san Wenceslao (+929), venerado como mártir en Bohemia. Recuerdo de William Quijano, joven salvadoreño de la Comunidad de Sant'Egidio asesinado en 2009 por las maras. Llegir més

Libretto DEL GIORNO
Oración con los santos
Miércoles 28 de septiembre

Recuerdo de san Wenceslao (+929), venerado como mártir en Bohemia. Recuerdo de William Quijano, joven salvadoreño de la Comunidad de Sant'Egidio asesinado en 2009 por las maras.


Lectura de la Palabra de Dios

Aleluya, aleluya, aleluya.

Ustedes son una estirpe elegida,
un sacerdocio real, nación santa,
pueblo adquirido por Dios
para proclamar sus maravillas.

Aleluya, aleluya, aleluya.

Job 9,1-12.14-16

Job tomó la palabra y dijo: Bien sé yo, en verdad, que es así:
¿cómo ante Dios puede ser justo un hombre? A quien pretenda litigar con él,
no le responderá ni una vez entre mil. Entre los más sabios, entre los más fuertes,
¿quién le hizo frente y salió bien librado? El traslada los montes sin que se den cuenta,
y los zarandea en su furor. El sacude la tierra de su sitio,
y se tambalean sus columnas. A su veto el sol no se levanta,
y pone un sello a las estrellas. El solo desplegó los Cielos,
y holló la espalda de la Mar. El hizo la Osa y Orión,
las Cabrillas y las Cámaras del Sur. Es autor de obras grandiosas, insondables,
de maravillas sin número. Si pasa junto a mí, yo no le veo,
si se desliza, no le advierto. Si en algo hace presa, ¿quién le estorbará?
¿quién le dirá: "¿Qué es lo que haces?" ¡Cuánto menos podré yo defenderme
y rebuscar razones frente a él! Aunque tuviera razón, no hallaría respuesta,
¡a mi juez tendría que suplicar! Y aunque le llame y me responda,
aún no creo que escuchará mi voz.

 

Aleluya, aleluya, aleluya.

Ustedes serán santos
porque yo soy santo, dice el Señor.

Aleluya, aleluya, aleluya.

¿Qué es el hombre ante Dios, el creador, aquel que sostiene el mundo y dispone según su sabio orden la creación? Job se siente casi aplastado por la omnipotencia de Dios: "Él hace prodigios insondables, maravillas innumerables". Del mismo modo, es inescrutable en referencia a la justicia. El hombre no puede hacer nada: "Aun teniendo yo razón, su boca me condenaría, aun siendo inocente, me declararía culpable". Job no encuentra ayuda en las palabras de su amigo Bildad. Las palabras de este no convencen Job de su pecado ni lo ayudan en el difícil diálogo con el Señor. La grandeza de Job consiste en que no deja de hablar, de plantear sus preguntas al Señor, de buscar su presencia en la historia y en la creación. Los amigos, por otra parte, solo son capaces de reproponer una miope teología que no hace más que repetir cansinamente que el hombre sufre el mal por culpa de su pecado. En respuesta a esta doctrina Job afirma que no sirve de nada ser inocente o culpable ante un Dios al que aparentemente no le preocupa el dolor del hombre. Pero en las palabras finales de este discurso de Job se ve la particular relación que lo une a Dios: "No hay un árbitro entre nosotros que ponga su mano entre los dos". Job no considera a Dios como un árbitro, un juez que dicta una sentencia de inocencia o de culpabilidad, como querrían hacer sus amigos, sino como un amigo al que se dirige. Y eso hace aún más profundo el drama de Job que no deja de hablar con su Señor: su fe es más grande que el dolor que sufre.

La pregària és el cor de la vida de la Comunitat de Sant’Egidio, la seva primera "obra". Al final del dia, totes les Comunitats, tant si són grans com si són petites, es reuneixen al voltant del Senyor per escoltar la seva Paraula i dirigir-s'hi en la seva invocació. Els deixebles només poden estar als peus de Jesús, com Maria de Betània, per triar la "millor part" (Lc 10,42) i aprendre'n els seus mateixos sentiments (cfr. Flp 2,5).

Sempre que la Comunitat torna al Senyor, fa seva la súplica del deixeble anònim: "Senyor, ensenya'ns a pregar" (Lc 11,1). I Jesús, mestre de pregària, respon: "Quan pregueu, digueu: Abbà, Pare".

Quan preguem, encara que ho fem dins del cor, mai no estem aïllats ni som orfes, perquè en tot moment som membres de la família del Senyor. En la pregària comuna es veu clarament, a més del misteri de la filiació, el de la fraternitat.

Les Comunitats de Sant'Egidio que hi ha al món es reuneixen als diferents llocs que destinen a la pregària i presenten al Senyor les esperances i els dolors dels homes i les dones "malmenats i abatuts" de què parla l'Evangeli (Mt 9,36). En aquella gent d'aleshores s'inclouen els habitants de les ciutats contemporànies, els pobres que són marginats de la vida, tots aquells que esperen que algú els contracti (cfr. Mt 20).

La pregària comuna recull el crit, l'aspiració, el desig de pau, de guarició, de sentit de la vida i de salvació que hi ha en els homes i les dones d'aquest món. La pregària mai no és buida. Puja incessantment al Senyor perquè el plor es transformi en joia, la desesperació en felicitat, l'angoixa en esperança i la solitud en comunió. I perquè el Regne de Déu arribi aviat als homes.