Avances en la mediación para poner fin a los enfrentamientos armados en Mozambique. En el país hay sed de paz

empezando por las jóvenes generaciones que nacieron tras el acuerdo de 1992

En Mozambique, tras las contestadas elecciones de 2014, se vive una crisis política profunda. En los últimos meses la violencia y los enfrentamientos armados entre las fuerzas del Gobierno de Mozambique y del principal partido de la oposición, la Renamo, han provocado víctimas y han hecho que miles de mozambiqueños se refugiaran en el vecino Malaui. El 18 de julio empezó una mediación internacional para la resolución de la actual crisis política, con la presencia de varios mediadores bajo la coordinación de la Unión Europea, representada por Mario Raffaelli y por el padre Angelo Romano, de la Comunidad de Sant'Egidio.

La mediación trabaja en el marco de la denominada «Comisión mixta», formada por doce representantes del Presidente de la República de Mozambique y del Presidente de la Renamo. Esta mediación ha alcanzado hoy un importante resultado. La Renamo pide, desde el inicio de la crisis política, poder gobernar las provincias de Mozambique donde tiene un fuerte apoyo político de la población. Dicha petición requería, para resolverse, una negociación más amplia, en el marco de la reforma de los poderes locales de Mozambique.
La mediación ha logrado que la reforma del Estado de Mozambique, marcada por la descentralización, forme parte de los mismos trabajos de negociación: hoy se ha creado una subcomisión con dicho cometido, que contará con la ayuda de la mediación. Este resultado permitirá crear un clima de confianza recíproca, necesario para alcanzar la paz.
La Comunidad de Sant'Egidio, presente en todas las provincias de Mozambique y protagonista de la mediación que llevó a los acuerdos de paz del 4 de octubre de 1992, todavía está en primera línea para defender los importantes resultados que se obtuvieron en aquel histórico acuerdo y para avanzar en el camino de la paz, del desarrollo y de la convivencia. La «generación de la paz», es decir, de los mozambiqueños que nacieron tras los acuerdos de paz de 1992, ya es mayoritaria en el país y pide a gritos que no se eche a perder la paz.