Sant'Egidio: en San Juan de Letrán se celebra la fiesta de los 50 años de un pueblo de amigos de los pobres y del Evangelio

Las cinco naves de la catedral de Roma, San Juan de Letrán, se han llenado con miles de personas de Sant'Egidio, con los pobres que siempre acompañan su vida, con muchos amigos y muchos invitados. .
La ocasión era la celebración de la liturgia de acción de gracias por los 50 años de la Comunidad, que nació en febrero de 1968 por iniciativa de Andrea Riccardi, en Roma y que se ha difundido por todo el mundo.
Medio siglo de “escucha diaria de la Palabra”, ha dicho en su homilía el card. Parolin, ha sido la columna vertebral de la historia de la Comunidad. Medio siglo en el que Sant'Egidio ha salvado a muchos de la exclusión y la soledad, como hizo el Señor con el leproso, según la lectura del día (Mc 1,40-45). Es más, los excluidos mismos se han convertido en los inéditos protagonistas de la salvación de otros. En las periferias del mundo las personas de la Comunidad han trabajado para hacer retroceder la lepra de la pobreza, de la enfermedad, de la guerra. “La senda de la compasión que proclamó Jesús ha sido y deberá ser siempre la de vuestro camino”, ha continuado diciendo el Secretario de Estado. De ese modo lo imposible se convierte en posible; entonces se produce el milagro de un encuentro sin límites, capaz de remendar el tejido rasgado de la familia humana.
Tras la celebración, monseñor Angelo De Donatis, vicario del Papa para la diócesis de Roma, ha dirigido unas palabras de saludo a los presentes: “Andrea y sus amigos sintieron que el Señor les pedía que se pararan ante las preguntas de los últimos, de los pobres, con amistad, ofreciendo un signo de profecía”. Para Antonio Tajani, presidente del Parlamento Europeo, “Sant’Egidio es un protagonista de la subsidiaridad, una imagen de la Europa cristiana”. Paolo Gentiloni, Primer Ministro italiano, por su parte, ha dicho: “Gracias por la coherencia con la que habéis vivido la fe estando siempre al lado de los más débiles, por vuestra presencia capaz tanto de lanzar alarmas como de ofrecer soluciones".

Por último Marco Impagliazzo, presidente de la Comunidad de Sant'Egidio, ha destacado el valor de la amistad, que “hace de nosotros un pueblo, no una masa”. Un pueblo que ha hecho suyo el sueño del Evangelio, el sueño del Concilio, que ha comprendido que para transformar el mundo hay que empezar el corazón. “Viviendo una pasión religiosa, que se convierte en pasión civil”, ha continuado Impagliazzo, afirmando con fuerza que nadie es excluido, que nadie es extranjero: “porque para nosotros la palabra ‘todos’ es importante”. “Por eso esta historia tiene que continuar”, dijo para terminar, “porque en el mundo hay muchas necesidades y hay que llevar a cabo una misión también en el futuro”.

Homilía del cardenal Pietro Parolin

Saludo de Marco Impagliazzo
 

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