África y la pandemia: el caso de Guinea y la acción de Sant’Egidio

Guinea, con 12 millones de habitantes, es un país del África occidental rico en recursos minerales: es el cuarto productor mundial de bauxita y dispone de enormes reservas de hierro y de oro. Pero sobre todo, como en otros países africanos, su verdadera riqueza es la abundancia de tierra cultivable. Pero estas ventajas no se reflejan en las condiciones de vida de la gran mayoría de la población. Entre 2014 y 2016 Guinea también sufrió la tragedia del virus del Ébola con miles de muertos.

En un contexto ya muy incierto apareció en escena el covid-19. La difusión del virus, que empezó en la capital Conakry, llegó rápidamente a todas las regiones del país. El 27 de marzo las autoridades declararon el estado de emergencia sanitaria y el cierre de las fronteras para todos, tanto para entrar como para salir. Se cerraron las escuelas, los lugares de ocio y los lugares de culto. Se declaró el toque de queda de 22.00 a 5.00. Muchos no creen en la pandemia, dicen que es algo inventado, algunos se proponen como curanderos y ofrecen remedios inspirados en la medicina tradicional. La gente está enfadada, el precio de los transportes aumenta y, como consecuencia, también los de los productos de primera necesidad. Poquísima gente utiliza mascarillas.

La Comunidad de Sant’Egidio de Guinea, en el periodo del confinamiento, ha organizado reuniones de sensibilización e información sobre la difusión del virus y su prevención. Lo hace también a través de la radio, manteniendo la cercanía con las personas más frágiles en aras de una necesaria responsabilidad colectiva.

En particular en Mamou y Guéckédou, ciudades del interior declaradas "zonas rojas", Sant’Egidio, respetando las disposiciones y tomando las debidas precauciones, ha llevado a cabo repartos de jabón, mascarillas y desinfectantes entre los ancianos, los prisioneros y las personas que viven en la calle.

En Conakry no dejan de llevar ayuda a los prisioneros y en Dubreka el pozo del centro DREAM, como la fuente del pueblo, reparte agua también a las personas del barrio adyacente que no disponen de agua.