La pena de muerte queda abolida en Kazajistán. El año nuevo empieza con una buena noticia, un avance de la cultura de la vida

La Comunidad de Sant’Egidio saluda con gran satisfacción la abolición de la pena de muerte en Kazajistán. El país centroasiático ha ratificado el Segundo Protocolo Facultativo del Pacto Internacional de Derechos Civile y Políticos, tal como ha declarado hoy, 2 de enero de 2021, la Presidencia de la República, tras la adhesión a dicho tratado el pasado septiembre.

El paso decisivo hacia el respeto por la vida llega tras una moratoria de facto que empezó en 2003, que, a pesar de todo, no había impedido que se dictaran nuevas condenas capitales por crímenes excepcionales, que ahora se convertirán en cadenas perpetuas.

La Comunidad de Sant’Egidio ha acompañado desde 2006 a Kazajistán en este camino, ya irreversible, hacia la eliminación completa de la pena de muerte a través de varios encuentros internacionales sobre temas relativos a la justicia y a la paz, en los que ha participado el mismo presidente de la República, Kassym-Jomart Tokayev.

Recordamos especialmente el inagotable esfuerzo de casi veinte años de Tamara Chikunova y de su asociación "Madres contra la Pena de Muerte y la Tortura" para la abolición de la pena capital en toda la zona centroasiática ex soviética. Empezando por su país, Uzbekistán, donde contribuyó enormemente a la abolición de la pena capital en 2008, ha difundido por los países limítrofes una corriente abolicionista que ha tenido éxito en toda la región y ha llegado hasta Mongolia.

La Comunidad de Sant’Egidio seguirá acompañando las iniciativas de Kazajistán en defensa de la vida, siempre y en todos los casos y circunstancias.