La pobreza está en el corazón del Evangelio. Solo aquel que siente que le falta algo mira arriba y sueña, el que tiene todo no puede soñar. La gente, los sencillos, seguían a Jesús, porque soñaban que él los iba a curar, los iba a librar, les iba a hacer bien, y lo seguían y él los liberaba.
Hombres y mujeres con pasiones y sueños. Y esto es lo primero que les quería decir: enséñennos a todos los que tenemos techo, porque no nos falta la comida o la medicina, enséñennos a no estar satisfechos. Con sus sueños, enséñennos a soñar desde el Evangelio, donde están ustedes, desde el corazón del Evangelio... (Leer el texto completo)
El papa Francisco a los participantes en el Jubileo de las personas excluidas socialmente. Roma 11 de noviembre de 2016.