Aquí no hay solo una escuela de lengua: aquí se aprende que es posible vivir juntos.

Ceremonia de entrega de certificados de la Escuela de lengua y cultura italiana a tres mil estudiantes nuevos europeos

Ayer en Roma se celebró una primera ceremonia de entrega de diplomas del año 2017/18 de la Escuela de Lengua y cultura italiana de la Comunidad de Sant’Egidio, que lleva funcionando más de 35 años. Desde entonces han pasado por la escuela en total unos 150.000 estudiantes de 120 nacionalidades. La escuela es gratuita y también organiza cursos de formación en economía doméstica y para cuidadores, a nivel universitario y para mediadores culturales, así como de apoyo al estudio para alumnos que siguen la educación formal.
Este año el diploma, con tonos dorados en ocasión de los cincuenta años de la Comunidad, se entregará a
tres mil estudiantes de los distintos niveles. Teniendo en cuenta el elevado número, las fiestas se celebrarán en otros momentos y lugares. De hecho, la Escuela tiene 12 sedes en varios barrios de la ciudad, desde Trastevere hasta Primavalle, desde Ostia hasta Tor Pignattara. Se trata de una presencia capilar en todos los rincones de la ciudad, una red para fomentar la integración, empezando por la lengua y la formación cultural.
Algunos estudiantes explicaron su experiencia: uno, procedente de Georgia, llegó buscando un trabajo, se encontró fuera de lugar, sintiéndose incapaz de comunicarse, con todos los problemas que ello comporta en la vida de cada día; aprender la lengua le permitió encontrar un empleo e integrarse en la sociedad; otro, que logró huir de la guerra de Siria y estaba en condiciones precarias en un campo de refugiados del Líbano, llegó a Italia con los
corredores humanitarios y empezó en seguida a estudiar.
Además de aprender la lengua y las distintas materias, la escuela organiza actividades culturales, como conferencias y visitas para conocer nuestro país. Este año ha sido significativa la peregrinación a las Fosas Ardeatinas para recordar la masacre nazi como momento fundamental de la historia de Italia y valorar juntos el dolor que se vivió y comprometerse a no repetir las infamias que se produjeron aquellos años.
Ante una sala variopinta y abarrotada por nuevos europeos que han asistido a los cursos para principiantes, Daniela Pompei, responsable de la Comunidad de Sant’Egidio para los servicios a los  inmigrantes, terminó explicando el sentido de la escuela: "
Aquí no hay solo una escuela de lengua, aquí hay una escuela donde encuentras una gran familia, que cree en la convivencia, en la amistad, es un ámbito humano que te devuelve tu dignidad, la alegría, la felicidad de conocer a otras personas que vienen de muchos países, pero se respetan, estudian y se encuentran. La Comunidad os quiere mucho, quiere a los países de los que venís. Estamos juntos, no estáis solos: es posible vivir juntos, aquí construimos puentes".
Daniela Pompei también ha recordado a todos aquellos que, con edades y niveles de formación distintos, han prestado –y prestan– su ayuda gratuitamente en la escuela como profesores. Una gratuidad que los "nuevos europeos" devuelven con la ayuda que muchos de ellos dan a los pobres, visitando como voluntarios a los ancianos solos y ayudando a las personas sin hogar
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