2 de abril, Día mundial del autismo: "Yo no pinto, pienso"

En la experiencia de Sant’Egidio, el arte revela la profundidad humana y cultural de las personas con una discapa

T……o……….d…d……..o ……..es ……p…………a    aaa..….l….a….braaaaaaaa. ………..TODO ES PALABRA.
 
Las letras aparecen muy despacio en la pantalla del ordenador.  Son grandes y parecen esculpidas, como si salieran de un cincel que modela la materia para llegar a la forma.
Gabriele, que sufre una forma de autismo que le impide controlar ordenadamente los movimientos, lucha con su brazo para colocarse sobre la letra del teclado que quiere apretar.
Tras un largo esfuerzo escribe: "Quería continnnnnnnnnnnnnnnnnuar escribiendo". 
En una entrevista de hace unos años le preguntaron si era feliz pintando. Contestó (escribiendo en el ordenador): "Yo no pinto, pienso".
Tomamos prestada aquella frase para convertirla en el título de estas líneas, con las que queremos hacer nuestra aportación al
Día Mundial de concienciación sobre el autismo, un fenómeno de trascendencia global.

Cuando nos hemos acercado a su mundo "distinto", cuando hemos descubierto su deseo de comunicarse que a veces no se puede expresar por la discapacidad –y que se puede sortear en parte gracias al teclado del ordenador–, hemos visto una profundidad desconocida y un planteamiento "poético" ante la vida que nos enriquece a todos.

En los talleres de arte de Sant’Egidio esta riqueza emerge, encuentra en el arte el vehículo para superar la discapacidad y saca a relucir universos de poesía y de comprensión de la realidad que muestran una extraordinaria profundidad.

Gabriele posee una cultura propia, formada por referentes de obras de arte, pasajes de obras líricas y nombres de nobles romanos. Todo ello sale a la luz en sus obras junto con referentes de la actualidad y de la historia. Así se puede apreciar en el cuadro que representa el genocidio de Ruanda (ver foto).

Ahora vive con otros 5 amigos discapacitados. Es un deseo de sus padres y una alternativa a la institucionalización. Esta solución habitativa –que ha sido posible gracias a la red de solidaridad creada por la Comunidad– es una propuesta cultural y humana de la que nos hacemos portadores en este Día mundial que nos pide una atención particular a la riqueza de aquellos que, a pesar de la discapacidad, tienen un mundo de valores, de sentimientos y de cultura por transmitir.

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