El Mediterráneo del Papa: diálogo, paz y convivencia. Andrea Riccardi escribe en el Corriere della Sera

En Nápoles el Pontífice sistematizó su visión: "En el monólogo todos perdemos. Tenemos que deshacernos de la desconfianza"

El Mediterráneo es el mar de la irreducible complejidad. Por eso es mar de muchos conflictos, donde las religiones tienen un gran papel. Estas han sido también un "refugio" para los cristianos de Oriente y para los musulmanes, de quienes ha preservado la identidad bajo dominio ajeno. La Iglesia católica, en cambio, se formó a partir de minorías del sur que se separaron de los cristianos orientales por obra de los misioneros, salvo los maronitas, pilar del estado libanés desde 1920. El catolicismo del norte del Mediterráneo ha sido ajeno a lo que ocurría en la orilla sur. Pero en la segunda mitad del siglo XX se produce un cambio: la Iglesia se forma una visión mediterránea marcada por el encuentro con las demás religiones. Sus actores son los papas: Juan XXIII, que vivió mucho tiempo en Estambul, Pablo VI, que abrió el diálogo con el islam y el judaísmo, y Juan Pablo II. (Continúa leyendo el Corriere della Sera)