Mascarillas "altruistas", compra solidaria, comida para quien no tiene casa y más: Sant’Egidio lucha contra el Covid-19 junto a los más frágiles

Reportaje sobre las iniciativas de las Comunidades del mundo para hacer frente al avance del coronavirus

También ellos están en primera línea en la lucha contra el virus: los voluntarios. Son muchos, aunque se vean poco: se mueven de manera dispersa, siguiendo escrupulosamente las normas para evitar cualquier riesgo, para ellos y sobre todo para los más frágiles, que tienen dificultad por protegerse como todos estamos llamados a hacer estos días.
Queremos explicar su trabajo, porque mientras la pandemia se extiende, se multiplican las formas de estar junto a los pobres, a los ancianos, a quien no tiene casa, a quien necesita alimentos: sobre todo reparten equipos de protección individual, como las mascarillas, los desinfectantes y el jabón, que son la primera barrera contra el virus.
En muchos países no se encuentran mascarillas o son muy caras. Pero no por ello nos podemos resignar a dejar a los más pobres sin protección.
Medidas de seguridad, distribución de jabón, desinfectante, mascarillas, instrucciones para protegerse: son la ayuda que los voluntarios ofrecen en los centros de Sant'Egidio a las personas que vienen a pedir ayuda, en todo el mundo. Cambian las caras y los lugares, pero no la determinación por proteger a todos.
En el comedor de Sant'Egidio de Roma, donde se accede en estricto orden de fila, separada por gruesas tiras blancas pintadas en el suelo, se reparten mascarillas a las personas que acuden a comer. Se observan las mismas medidas de seguridad en otros comedores de la Comunidad: desde Lucca hasta Amberes, desde Yakarta hasta los centros nutricionales de Mozambique.
Las cenas itinerantes son el regalo que más agradecen las personas que no tienen un hogar. El momento de dar la comida por la calle es también la oportunidad de explicar a quien no tiene casa las medidas de seguridad que hay que adoptar para protegerse del contagio. A quien tiene dificultades para lavarse las manos, se le ofrece gel desinfectante. A todos, una pequeña provisión de mascarillas, para un par de días, hasta la próxima visita.


La necesidad es grande, más aún, enorme. Es necesaria la ayuda de todos. En Italia, ha llegado ayuda de las comunidades chinas, que han enviado mascarillas para los pobres, pero la emergencia es grande, y hay que garantizar que todos tienen. Por eso en todas las Comunidad de Sant’Egidio del mundo se ha puesto en marcha una masiva producción de mascarillas, tanto de tejido sin tejer como, donde no hay, de tela de algodón. Son "caseras" pero siguen minuciosas reglas de producción y de desinfección que llegan a todos gracias a la web. A menudo son de ayuda las manos expertas de los ancianos, mientras que los más jóvenes han empezado un "arte" que desconocían hasta hace poco.


También se entrega la comida siguiendo estrictas medidas higiénicas. La comida se prepara en porciones individuales, se envasa en contenedores adecuados y se entrega sin tocarla.

El vídeo nos lleva a Kíev (Ucrania), donde la ayuda a quien vive en la calle sale del límite de la ciudad y llega a los bosques donde se refugian los más pobres. La visita de los amigos de la Comunidad, en un lugar tan remoto, no es solo la respuesta a una necesidad, sino un consuelo y un mensaje que todos necesitan recibir, sobre todo en este tiempo: "¡No os dejaremos solos!".


 

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