En Ciudad de México, pobreza y hambre después de la pandemia: Sant'Egidio multiplica su compromiso

Se han distribuido más de mil paquetes por semana para familias con mucha dificultad

La pandemia del COVID-19 ha vaciado por completo el Paseo de la Reforma, una de las áreas más importantes de Ciudad de México, entre rascacielos y hoteles de lujo.

 

Desde lo alto de estos edificios ya no se ve a nadie, excepto los lunes y miércoles por la noche: estos dos días hay una fila muy larga que ocupa toda una cuadra. Son los pobres de la capital que esperan recibir comida de los voluntarios de la Comunidad de Sant'Egidio.

 

“Antes de la pandemia, los miércoles ayudábamos a unas 200 personas”, nos dice César, “mientras que ahora, debido al coronavirus, el compromiso se ha cuadruplicado: distribuimos 500 cenas los lunes y 500 los miércoles desde las ocho de la tarde hasta diez de la noche ". Además de los alimentos, se administra gel antibacteriano y se mide la temperatura.

 

"Hace solo un mes que vengo aquí, una amiga me invitó porque aquí recibo ayuda", dice Efe, una mujer de sesenta años que desafortunadamente hoy no puede ganarse la vida como antes, puesto que recogía botellas de plástico y luego las vendía por peso.

 

 

AUMENTO DE LA POBREZA

 

Según datos oficiales, más de 50 millones de personas viven por debajo del umbral de pobreza en el país, el 41,9% de la población.

 

La pandemia ha dejado 6.090 fallecidos y 56.594 casos confirmados (datos del 21 de mayo de 2020). El Consejo Nacional para la Evaluación de Políticas de Desarrollo Social (Coneval) ha estimado que hasta 10 millones más de mexicanos podrían estar en la pobreza.

 

Antonio, que tiene unos cincuenta años, dice: "Hay bastantes personas aquí en la cola debido al desempleo en México. Hay muy poco trabajo. Algunas compañías han cerrado y muchas personas han perdido sus empleos".

 

 

CON EL ESTÓMAGO VACÍO

 

También está Minerva, una mujer de mediana edad y su hijo. Su principal ingreso proviene de los tianguis (mercados de calle) que, actualmente, "muchos han cerrado debido a esto del coronavirus".

Minerva no deja de mirar la línea que avanza. "Aquí nos movemos rápido, pero hay otros lugares donde la comida no llega", explica con una sonrisa.

 

Los voluntarios de la Comunidad de Sant'Egidio no quieren dejar a nadie solo. Efe, Antonio, Minerva,…

“Cuando te preocupas por alguien, cuando te preocupas por alguien a quien nadie le mira, esto significa comenzar a restaurar la dignidad de las personas. Esto es lo más importante. Hay muchas personas llenas de esperanza que dicen 'No estoy solo, no nos han olvidado, esto te hace pensar.”

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