Centroamérica azotada por dos violentos huracanes. Las Comunidades de Sant'Egidio han reaccionado rápido con ayuda de emergencia a las poblaciones afectadas

 

En noviembre, Centroamérica ha sido azotada por dos huracanes muy fuertes y una tormenta tropical que afectaron de forma particular los territorios de Honduras, Guatemala y Nicaragua. La violencia destructiva de estos huracanes está provocada por el cambio climático, que ha incrementado la temperatura del Océano Atlántico a niveles nunca registrados.

 

El primer huracán, llamado ETA, golpeó un área enorme, desde la costa atlántica de Honduras hasta Alta Verapaz en Guatemala. El segundo, llamado IOTA, ha afectado principalmente el área atlántica de Nicaragua, provocando muerte y destrucción en cientos de kilómetros.

 

La Oficina de Asuntos Humanitarios de las Naciones Unidas estima que hay aproximadamente 900.000 personas afectadas en Guatemala, 200.000 en Honduras y 40.000 en Nicaragua. Además de los daños en las viviendas y las vías de comunicación, las continuas inundaciones y la fuerza de estos dos huracanes afectarán la cosecha, ya parcialmente podrida. Con toda probabilidad esto ejercerá una fuerte presión sobre la agricultura de subsistencia y, aunque todavía es temprano para afirmarlo, es posible que la emergencia alimentaria en 2021 se extienda a miles de personas debido a las inundaciones.

 

Las Comunidades de Sant'Egidio en Alta Verapaz en Guatemala se movilizaron de inmediato para ayudar a las personas más vulnerables, obteniendo un albergue del Municipio de Cobán para albergar a las personas sin hogar que han pasado días enteros bajo el agua. También distribuyeron alimentos a quienes sufrieron daños en sus hogares o se encontraron de repente sin casa, expuestos a la intemperie. En las próximas semanas se iniciará la reconstrucción de pequeñas viviendas para algunas personas mayores que han perdido su hogar.

 

En Honduras, apenas se reabrieron las carreteras, las Comunidades visitaron los lugares afectados por las inundaciones, tanto en las afueras de Tegucigalpa como en zonas más rurales. Se ofreció comida y ropa a quienes lo habían perdido todo. También en Honduras se iniciará la reconstrucción de viviendas para familias en situación de vulnerabilidad.

En Nicaragua, la Comunidad de Managua organizó una caravana de ayuda que llegó a algunos poblados afectados de la zona atlántica, llevando alimentos y mantas a las familias más necesitadas.