'Recuperarse mejor para crear un mundo más equitativo y sostenible' es el lema que ha elegido la ONU para el Día internacional de la paz de 2021, que se celebra en todo el mundo el 21 de septiembre.
La pandemia ha puesto de manifiesto que "nadie se salva solo": guerras, enfermedades y desastres medioambientales afectan a toda la humanidad. En el mundo global, no podemos considerar al otro como alguien lejano e ignorarlo. Por eso hay que asegurar que todos los pueblos tengan acceso a la atención sanitaria y a un desarrollo sostenible, de manera que la paz sea un bien para todos.
"La pandemia ha golpeado con más fuerza a los grupos más desfavorecidos y marginados. En abril de 2021, se habían administrado en todo el mundo más de 687 millones de dosis de la vacuna contra la COVID-19; sin embargo, más de 100 países no habían recibido una sola dosis. Las personas atrapadas en conflictos son especialmente vulnerables en cuanto a la falta de acceso a la atención sanitaria", se lee en el mensaje del Secretario General de la ONU, António Guterres, para este Día.
En este sentido hay que situar el trabajo de Sant’Egidio a favor de la campaña de vacunación global, no solo en Europa, sino especialmente en África.
En África, donde solo está vacunada alrededor del 3% de la población, la Comunidad trabaja intensamente. Con la llegada de la pandemia el programa sanitario DREAM que en África ofrece tratamientos gratuitos se ha reorganizado para diagnosticar el coronavirus y es un punto de referencia para el diagnóstico precoz, el suministro de pruebas y también de vacunas.
En la República Centroafricana, la "Clinique DREAM" de Bangui ha sido uno de los primeros puntos de vacunación del país. Desde mayo de 2021 ha suministrado varios miles de dosis y sigue su intensa actividad.
Pronto abrirán dos centros de vacunación más, en Malaui y en Kinshasa (República Democrática del Congo).
Sant'Egidio también suscribe fervientemente el llamamiento del Secretario General de la ONU, António Guterres, del inicio de la pandemia, cuando pedía un alto al fuego global, primer paso hacia la paz en un tiempo en el que "la furia del coronavirus muestra la locura de la guerra". En las zonas de conflicto es aún más difícil vacunarse y recibir tratamientos que salvan la vida. También el papa Francisco, que se sumó al llamamiento de Guterres, invitó a todo el mundo a dirigir su atención a los más vulnerables y a crear corredores para la ayuda humanitaria.
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Centro de vacunación del antiguo hospital San Gallicano de Roma (IT)