"La solidaridad es nuestra manera de responder a la guerra." En Varsovia, Andrea Riccardi se reúne con las Comunidades de Polonia y con los que han tenido que abandonar Ucrania

Tras la visita a la frontera entre Eslovaquia y Ucrania, Andrea Riccardi ha ido a Varsovia, donde se ha formado la mayor concentración de refugiados provenientes de las zonas de guerra, 260.000 refugiados sobre un total de aproximadamente dos millones que han entrado en Polonia.
 
La estación central, de hecho, es un lugar de paso para miles de personas que esperan la asignación de un lugar en el circuito de acogida que han puesto en marcha las instituciones y las muchas asociaciones voluntarias que actúan allí en estos días. También hay numerosos refugiados ucranianos en tránsito a otras ciudades de Polonia o a otros países europeos (Alemania, Austria, Suecia, por nombrar algunos), que esperan una conexión: los trenes son gratuitos, pero hay largas esperas debido al gran número de pasajeros.
Los que no pueden subir a los trenes espera en la estación unos días. Las personas de Sant'Egidio, incluidos muchos jóvenes que se han unido estos días, visitan la estación todos los días para ofrecerles lo que necesiten, los conocen bien. También hay muchas familias gitanas del este de Ucrania, que durante años vivieron en sus casas de Kiev. Andrea Riccardi los ha ido a saludar y les ha trasladado la amistad de la Comunidad hacia su pueblo, pobre entre los pobres.
 
Riccardi también ha visitado uno de los centros de acogida de la capital. Desde que estalló la guerra, la Comunidad visita a las familias ucranianas en estos centros y les ofrece un alojamiento más estable en apartamentos cedidos por benefactores o alquilados, pero también les ofrece la oportunidad de ir a Italia y ser acogidos allí por los muchos que han recurrido a la Comunidad en estos días ofreciendo la disponibilidad de sus hogares.
 
Uno de los encuentros más emocionantes fue el que mantuvo con de Nelly, una anciana que vivía sola en una pequeña ciudad cerca de la planta de energía nuclear en Zaporiyia, fuertemente bombardeada la semana pasada. Nelly tenía problemas para llegar al refugio porque tiene problemas en las piernas. Aunque estaba sola y achacosa, su hija y su nieta, que viven en Bolonia, la convencieron para que se fuera. Cuando Nelly casi había perdido la esperanza, en la frontera polaca, gracias a un contacto con la Comunidad de Roma, las personas de Varsovia la encuentran en la estación y la llevan a la Casa de las Hermanas, dos ex sintecho que cuidan de ella. A Andrea Riccardi, que se encuentra con ella poco antes de su partida a Italia, le dice que todavía tiene el terrible ruido de las sirenas y los bombardeos en sus oídos, pero que en su camino ha encontrado a unos ángeles.
 
Al final de la visita, el domingo por la mañana, se celebra un encuentro de la Comunidad de Polonia junto con los amigos de las Comunidades de Sant'Egidio de Ucrania que han tenido que abandonar su país y ahora se alojan en Varsovia. «Un pequeño gran encuentro europeo, que abraza espiritualmente a todo el mundo.» Así lo ha definido Andrea Riccardi, quien anima a todos a responder con audacia, atención y madurez a los nuevos desafíos de este tiempo de gran sufrimiento, y a seguir rezando y trabajando por la paz. "La solidaridad –ha dicho– es nuestra manera de responder a la guerra."