Puertas abiertas en Hungría: Sant'Egidio ayuda y acoge a las personas que llegan de Ucrania

La comunidad de Sant'Egidio de Hungría acoge a los refugiados ucranianos

Estos días Sant'Egidio está en Keleti, una de las estaciones centrales de Budapest, donde llegan los refugiados ucranianos. En los trenes, que llegan varias veces al día, llegan personas con la mirada perdida, gente acomodada y gente pobre, todos han perdido su vida anterior. A muchos también les cuesta  pedir y aceptar ayuda. La Comunidad ofrece alimentos, artículos de primera necesidad y organiza la acogida por la noche.

Algunos refugiados también ayudan a traducir del ucraniano. Es una ayuda fundamental para entender qué es lo que más necesitan.
Sveta, una mujer que llegó recientemente con sus dos hijos, también se ofreció como intérprete. Sveta no sabía a dónde ir. Su ciudad fue bombardeada, la guardería de su hija y el campo de fútbol de su hijo fueron destruidos. Ahora es huésped de una familia húngara. Lo comparten todo: hogar, comida y primeros momentos juntos en los que encontrar algo de serenidad.

La casa de Sant'Egidio de Budapest se ha transformado para alojar a familias de refugiados que están de paso y quien puede, acoge a refugiados en su casa. Siempre en contacto con la comunidad de Kiev, tratamos de seguir a algunos refugiados, amigos pobres que llegan a Hungría.

Llevamos comida y juguetes a la frontera con Ucrania para familias gitanas de lengua húngara que abandonaron sus hogares en Ucrania. Viven en  un campo dispuesto para acoger a refugiados en Tiszabecs. Se trata de familias numerosas: los cabeza de familia tienen ciudadanía húngara por haber trabajado durante mucho tiempo en Hungría y esto permite que estén allí familias enteras. La Comunidad les ayuda a encontrar alojamiento en áreas donde pueden encontrar trabajo como carpinteros y comienza la escolarización de los niños.

En Tivadar, no muy lejos de la frontera, algunas familias se alojan en una  iglesia calvinista. Las visitas, con canciones, juegos y regalos, devuelven la alegría de la infancia a quienes viven en la pobreza extrema, en un trabajo de amistad de la Comunidad que se multiplica en Budapest y en las zonas pobres de Hungría.