Barcelona se interroga sobre el futuro de los ancianos. Actos de presentación del libro "Los ancianos y la Biblia" en la ciudad catalana

"Los ancianos y la Biblia" es un libro de gran actualidad. Ambrogio Spreafico, Francesco Tedeschi y Maria Cristina Marazzi, autores del libro, ahondan en el carisma de los ancianos y en la fuerza de su profecía a partir de algunas figuras bíblicas. Como afirma Andrea Riccardi en el prólogo: "Poner a los ancianos en el corazón de la familia, de la comunidad o de la sociedad es el inicio de un cambio humano radical, que hemos llamado 'revolución comunitaria'. De alguna manera, los ancianos también son "piedra angular" para empezar la reconstrucción de la sociedad".
    
Para promover esta "revolución comunitaria" en Barcelona, y como respuesta a las numerosas preguntas que surgen en torno a los ancianos, la Comunidad de Sant'Egidio ha organizado varios actos de presentación del libro "Los ancianos y la Biblia". A lo largo de una semana, en cuatro barrios de la ciudad (Sants, Sagrada Família, Gòtic y Nou Barris), a partir de las preguntas y de las afirmaciones que sugiere el libro, varias personalidades de Barcelona se han interrogado sobre la vida de los ancianos en nuestro tiempo. Gracias a un rico mosaico de reflexiones han ahondado en el valor y el futuro de los ancianos.

El libro termina con estas palabras de Andrea Riccardi: "La sociedad se pacificará cuando acoja los valores de la vejez y la Iglesia será más rica cuando valore el carisma de los ancianos. De hecho, la misma Iglesia deberá ser el laboratorio de esta pacificación". Aceptar la vejez es aceptar nuestra fragilidad, en cualquier edad y en cualquier momento de la vida. Esta es una verdadera fuerza pacificadora de la sociedad, porque aceptar la fragilidad nos enseña a depender de los demás, a enriquecernos de los demás porque nadie se salva solo. En esta situación uno vive fraternalmente y en paz, se confunde quien sirve y quien es servido, quien es más viejo y quien es más joven. Todos se confunden en una nueva humanidad.