Una delegación de la «Hermandad Judeo-Musulmana» visita a la Comunidad de Sant'Egidio

El 6 de septiembre, la Comunidad recibió la visita de una delegación argentina, con el rabino Shaul Bonino (coordinador de la capellanía israelita argentina «Pidion Shivuim» - Redención de los Cautivos) y el imán Marwam Gill, argentino de origen paquistaní. Ambos pertenecen a la Hermandad Judeo-Musulmana que promueve el diálogo interreligioso y la cultura del encuentro. Estaban acompañados por el imán Ataul Wasih Tariq, director de la asociación The Ahmadiyya Muslim Jama'at en Italia.

De hecho, Argentina es el país latinoamericano con mayor presencia de todas las denominaciones y religiones cristianas. Desde hace mucho tiempo y especialmente durante el siglo XX ha sido un país de encuentro y un lugar de refugio para las minorías perseguidas, donde se han creado comunidades de muchos credos, que conviven en la megalópolis de Buenos Aires.

Durante la visita a Sant'Egidio, quisieron ver especialmente la sala de la Paz y algunos símbolos que unen a judíos y cristianos en la iglesia de Sant'Egidio, como el candelabro de siete brazos y el altar de la Palabra de Dios. El rabino Shaul donó un salterio en hebreo y castellano, para combinarlo con las muchas Biblias en todos los idiomas que atestiguan la necesidad de que la Palabra de Dios llegue a todas las culturas.

Posteriormente, se reunieron con algunos representantes de Gente de Paz que estudian en la Escuela de Lengua y Cultura Italianas. «Como musulmana, en la Comunidad de Sant'Egidio he aprendido a servir a los demás, porque he descubierto que hay gente más pobre que yo», dijo Azza, una de las estudiantes.

«Veo en vosotros la plasmación de la encíclica Fratelli Tutti», comentó el imán, durante la reunión con algunas familias de los corredores humanitarios que viven alojados en el Palazzo Leopardi. Al salir de la Escuela, el rabino Shaul concluyó la visita comentando: «Pensé que venía a visitar una institución, personas que trabajan 'sobre papel' y, en cambio, he conocido a una familia, me he sentido como en casa».