Migrantes: la importancia de una estrategia europea

Artículo de Andrea Riccardi

Los migrantes y la importancia de una estrategia europea: los pulsos son inútiles

Migrantes que desembarcaron el 8 de noviembre en Catania desde el barco Geo Barents de la ONG Médicos sin Fronteras - Foto de Emiliano Abramo/Sant'Egidio

Pagamos la falta de mecanismos automáticos en los acuerdos de reasentamiento. Hace falta una visión a largo plazo

En Europa, ante cualquier emergencia migratoria, se produce una reacción instintiva de ponerse a la defensiva y acusar a los demás Estados de falta de solidaridad. Ahora Italia se siente abandonada, pero los demás países también han experimentado la misma sensación. 

Tenemos que salir de este bloqueo recurrente y mirar la realidad. Actualmente, grandes masas de personas se desplazan por el mundo debido a la falta de trabajo, a los conflictos, al cambio climático y a situaciones insoportables. Fijémonos en Pakistán: las enormes inundaciones del mes pasado (una quinta parte del país afectado) fomentarán el movimiento mundial de la población. Es miope e inútil que los europeos discutamos sobre una crisis planetaria.

En la Unión Europea, pagamos la falta de mecanismos automáticos en los acuerdos de reasentamiento. Por eso Francia ha amenazado con no aplicarlas con Italia, dando una vez más un valor negociador a la solidaridad europea. Sin embargo, los otros países implicados, primero Alemania, si bien invitaron a Italia a dejar desembarcar a los migrantes rescatados en el mar, no siguieron a París. Según la Comisión Europea, el acuerdo existente es frágil e incompleto, pero debe mantenerse. Ahora los países involucrados están rebajando el tono. Mientras tanto, las personas rescatadas en el mar han vivido una espera muy larga y una experiencia terrible. 

Está el tema de las ONG marítimas: se vuelve a plantear la cuestión de un código de conducta como en 2017-2018. Pero la realidad va por delante: los barcos de rescate ya siguen ciertas reglas. El procedimiento que utilizan es el mismo: ante una situación de peligro, el barco de la ONG alerta a las autoridades portuarias. Si nadie reacciona, el barco acude al rescate y carga a las personas. Luego se dirige a la costa europea en busca de un puerto seguro. Será difícil llegar a un acuerdo europeo que limite una actividad que cumple el derecho marítimo. 

A la derecha, hay quienes afirman que los barcos de las ONG deberían ser incautados en cuanto tocaran tierra. En el pasado, se intentó, infructuosamente, actuar por la vía penal. Ahora se persigue la vía administrativa: incautaciones bajo varios pretextos. 

En cuanto a las expulsiones, se da una contradicción: se pueden hacer las individuales pero no las colectivas. También hay desacuerdo sobre el tema de los «países seguros» (países de donde provienen los refugiados). Algunos estados escandinavos, como Dinamarca, han declarado, por increíble que parezca, que Siria ahora ya es segura. Libia sigue siendo un Estado que no existe, por lo que será incontenible el impulso a hacerse a la mar. 

Los países europeos deben salir de la política de emergencia. Hace falta una visión compartida a largo plazo. Entre otras cosas, porque un país como Italia necesita inmigrantes debido a la crisis demográfica y a las necesidades del mercado laboral. 

Para reducir los flujos que gestionan los traficantes, hay que ampliar los canales legales de entrada. En Italia, el próximo decreto sobre flujos migratorios no debería basarse únicamente en ofertas de empleo nominales, sino en acuerdos con los empresarios. Hay que introducir el visado por búsqueda de empleo. Hay que aumentar la reunificación familiar y volver a introducir la figura del garante: familiares de extranjeros, asociaciones y empresarios deben tener la oportunidad de garantizar (incluso económicamente) la llegada de quienes vienen en busca de empleo. Por último, habría que ampliar el espacio de los corredores humanitarios para los más vulnerables: mujeres, personas que sufren represión o personas que necesitan atención sanitaria. 

Un mundo caótico y en peligro medioambiental hace que las poblaciones se desplacen en busca de un futuro mejor: sería una decisión de justicia y en interés de Italia volver a poner en marcha el sistema de acogida e iniciar procesos de integración.

 

Artículo de  Andrea Riccardi en Famiglia Cristiana del 27/11/2022

[Traducción de la redacción]