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Sant’Egidio en Uganda: una nueva Escuela de la paz en la periferia de Kampala refuerza la alianza entre jóvenes y ancianos

Nakulabye es un barrio situado en Kampala, la capital de Uganda. Es una zona con una alta densidad de población y donde hay muchas viviendas y tiendas. A pesar de su situación central, Nakulabye está considerado uno de los barrios más pobres y marginados de Kampala. La mayoría de los habitantes de Nakulabye vive en condiciones precarias, con acceso limitado a los servicios básicos, como el agua potable, la electricidad y los servicios higiénicos. Las calles son estrechas y están en mal estado, y a menudo están cubiertas por basura.

En este barrio ha abierto recientemente una nueva Escuela de la paz de Sant’Egidio. La primera clase sobre el medio ambiente ha sido de fundamental importancia para los niños que viven en este barrio de Kampala. Allí, de hecho, los problemas medioambientales son muchos y contribuyen a degradar cada vez más el ecosistema.

Aprendiendo sobre el medio ambiente, los niños se han sensibilizado sobre la necesidad de preservar y proteger la naturaleza que les rodea. Este conocimiento puede lograr que estos jóvenes se conviertan en activos defensores del medio ambiente y hagan una aportación significativa para la salvaguarda de la biodiversidad de su barrio. Además, la lección fue un momento de gran interés para los niños, que participaron con entusiasmo y se mostraron muy interesados en los temas medioambientales.

Pero la Comunidad también es amiga de los ancianos. la visita al barrio también sirvió para que los Jóvenes por la paz conocieran a algunos y se dieran cuenta de que muchos de ellos viven en condiciones precarias, con pocos medios de sustento y un limitado acceso a los recursos sanitarios y sociales. Además, la falta de apoyo familiar o comunitario agrava aún más su situación. Nakulabye, de hecho, se caracteriza por tener una numerosa población anciana que está aumentando, pero que en muchos casos vive abandonada a su suerte y olvidada por la sociedad. Muchos de estos ancianos viven en situaciones de soledad y aislamiento, sin ningún tipo de asistencia y con graves dificultades para procurarse los medios necesarios para su supervivencia. El vínculo entre los Jóvenes por la paz y los ancianos seguramente dará vida a un barrio más inclusivo y más justo para todos sus habitantes.