Tras un año y medio de conflicto en Ucrania, la emergencia humanitaria no ha terminado, sobre todo en las zonas del frente donde prosigue la violencia y el éxodo de personas. Actualmente el desafío consiste en mantener el flujo de ayuda y organizarlo eficazmente y a largo plazo. Yuri Lifanse, de la Comunidad de Sant’Egidio, ha puesto de manifiesto los problemas de la sociedad civil ucraniana, como la disminución del suministro de productos de primera necesidad y de medicamentos. La reconstrucción de las infraestructuras es un gran desafío, e incluye retirar los escombros y reparar los daños provocados por los bombardeos. El sistema sanitario es frágil, y la Comunidad de Sant’Egidio proporciona asistencia médica y medicamentos a las personas de las áreas más remotas del país. La solidaridad es fundamental para ayudar a la población pobre y traumatizada. A pesar de los problemas, hay esperanzas en una sociedad civil más fuerte y se apunta a la paz y a la esperanza en el futuro.

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