Una tregua en la Pascua ortodoxa para construir la paz

Una tregua en la Pascua ortodoxa para construir la paz

Entrevista al fundador de la Comunidad de Sant'Egidio
Neutralidad es una palabra que no me gusta porque excluye la participación. Hay que ser pacificador de verdad, no limitarse a decir ni-ni. Se critica al Papa por no condenar a Putin por su nombre, pero no es un tribunal y ya ha condenado esta guerra insensata

«Cada día que pasa aleja la paz. Una tregua en Pascua ortodoxa, dentro de una semana, nos permitiría saborear el silencio de las armas y podría ser el comienzo de un periodo de negociaciones».

Para Andrea Riccardi, fundador de la Comunidad de Sant'Egidio, ex ministro e historiador, el exacerbamiento de los ánimos y la exasperación de los ucranianos explican las protestas por el Vía Crucis en el que el Papa quiso que participaran ucranianos y rusos. «La paz es un asunto complejo. Debemos ser pacificadores», advierte.

Riccardi, tras 51 días de guerra, ¿sigue desatendido incluso el llamamiento del Papa a una tregua por Pascua, que Sant'Egidio repropuso?

«Insistimos en una tregua durante la Pascua ortodoxa, dentro de una semana: es una gran oportunidad para detener el conflicto, evitar más muertes y saborear ese silencio de las armas que se ha perdido durante 51 días. La tregua puede ser una pausa, pero también el comienzo de un periodo de negociaciones».

El Vía crucis del Papa con una familia rusa y una ucraniana desató las protestas del embajador ucraniano ante la Santa Sede.
«También protestó el arzobispo grecocatólico Shevchuk, algo que revela el exacerbamiento de los ánimos de los ucranianos con lo que está sucediendo. El Papa quiso mantener vivo el ideal que se vislumbra en el horizonte: no a la guerra fratricida, sí a la necesidad de vivir juntos en paz. Se critica a Francisco, por ejemplo en Polonia, por no condenar a Putin por su nombre. Pero el Papa no es un tribunal y ha expresado dolor y condena por esta guerra, que es una locura. ¡Suerte del Papa, porque si no, nos quedaríamos con una simplificación! Por un lado, si dices 'paz' eres partidario de Putin; por otro lado, te identificas completamente con Zelensky, que se convierte en David. La paz es compleja. Para mí, la paz es querer una Ucrania libre».

¿Usted se siente ucraniano?
«Me identifico mucho con los ucranianos. Sant'Egidio está en Ucrania, una de nuestras sedes de Kiev ha sido atacada. Estuve en Leópolis ya en los años ochenta y recuerdo a los activistas independentistas clandestinos de entonces que decían: «seremos el Piamonte de Ucrania y llegaremos a la unidad». Me gusta aquel país porque es variado: ucranianos, rusos, armenios, gitanos, polacos, gente de todo tipo. Desde la independencia, ha sufrido grandes desequilibrios y ha buscado una identidad. Hoy, con la brutal agresión rusa, todos los ucranianos, incluso los de habla rusa, se sienten ucranianos. Las mujeres, por otra parte, son el pilar del país».

Pero, ¿las atrocidades, como en Bucha, alejan las negociaciones y la paz?
«Cada día de guerra aleja la paz. Ante nuestros ojos hay una guerra de destrucción muy similar a la siria. De hecho, el comandante de las tropas rusas en Ucrania es Dvornikov, el mismo que dirigió a los rusos en Siria».

¿Quién es pacifista hoy? ¿La izquierda radical que se define neutral? ¿La ANPI con sus dudas?
«'Neutralidad' es una palabra que no me gusta, porque excluye la participación. Hay que se
pacificador, buscar los caminos de la paz, que son inaccesibles. Estamos en una situación de enfrentamiento y tenemos que empezar desde aquí, no ser neutrales, no decir «ni ni». Corresponde ser pacificadores a los europeos, a los cristianos, a gente sabia».

Armar a Kiev; aumentar el gasto militar. ¿Qué le parece?

«La guerra implica un aumento de la inversión militar. Pero ha habido una aceleración. No pienso solo en Italia, sino en Alemania. Nos enfrentamos a un hecho importante: Alemania vuelve a convertirse en una potencia militar. ¿Y qué harán los franceses? El mejor camino es invertir en un ejército europeo común».

¿ Y el papel de Europa?
«Correcto, pero modesto. Como su liderazgo. En este momento, la Europa de las democracias debería despuntar, sabiendo cómo dialogar con los EE. UU., que no está dicho que tengan la misma visión y el mismo calendario que la UE».

¿ Es posible salir de esta guerra?
«Debe serlo. De lo contrario seguirá rondando el espectro de la guerra total, con el uso de armamento nuclear. El otro espectro es una guerra enquistada. Hoy, las guerras en el mundo no se ganan ni se pierden, sino que se eternizan. Basta con ver lo que ha ocurrido en Siria. Nadie se ensucia las manos, pero la gente pierde la vida. Y la enorme crisis económica mundial está a las puertas».

Putin no da muestras de buena fe. ¿Cómo se puede negociar?
«Negociar significa que Putin debe entender que no puede ganar como pensaba. Además de las sanciones, hace falta presión diplomática».

Se aplican sanciones a Rusia y se evita comprar gas ruso. ¿La solución es comprarlo en Egipto, que no permite esclarecer la verdad y hacer justicia en el caso de Giulio Regeni
?

«Buscar gas en otros mercados es legítimo. Sin embargo, no hay que archivar el caso Regeni y la situación de los derechos humanos en Egipto».

[Traducción de la redacción]


[ Giovanna Casadio ]