«Tenemos la obligación de evangelizar, que no quiere decir llamar a la puerta del vecino, de la vecina, decir: ¡Cristo ha resucitado!’. Es vivir la fe, es hablar con mansedumbre, con amor, sin querer convencer a nadie, sino gratuitamente. Es dar gratis lo que Dios me ha dado gratis a mí».
lo que Dios me ha dado gratis a mí