ORACIÓN CADA DÍA

Oraci?n del tiempo de Navidad
Palabra de dios todos los dias

Oraci?n del tiempo de Navidad

Recuerdo de san Esteban, di?cono, primer m?rtir.
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Libretto DEL GIORNO
Oraci?n del tiempo de Navidad

Recuerdo de san Esteban, di?cono, primer m?rtir.


Lectura de la Palabra de Dios

Aleluya, aleluya, aleluya.

Gloria a Dios en las alturas, y paz en la tierra
a los hombres de buena voluntad.

Aleluya, aleluya, aleluya.

Hechos de los Ap?stoles 7,55-8,4

Pero ?l, lleno del Esp?ritu Santo, mir? fijamente al cielo y vio la gloria de Dios y a Jes?s que estaba en pie a la diestra de Dios; y dijo: ?Estoy viendo los cielos abiertos y al Hijo del hombre que est? en pie a la diestra de Dios.? Entonces, gritando fuertemente, se taparon sus o?dos y se precipitaron todos a una sobre ?l; le echaron fuera de la ciudad y empezaron a apedrearle. Los testigos pusieron sus vestidos a los pies de un joven llamado Saulo. Mientras le apedreaban, Esteban hac?a esta invocaci?n: ?Se?or Jes?s, recibe mi esp?ritu.? Despu?s dobl? las rodillas y dijo con fuerte voz: ?Se?or, no les tengas en cuenta este pecado.? Y diciendo esto, se durmi?. Saulo aprobaba su muerte.
Aquel d?a se desat? una gran persecuci?n contra la Iglesia
de Jerusal?n. Todos, a excepci?n de los ap?stoles,
se dispersaron por las regiones de Judea y
Samaria. Unos hombres piadosos sepultaron a Esteban e hicieron gran duelo por ?l. Entretanto Saulo hac?a estragos en la Iglesia; entraba por las casas, se llevaba por la fuerza hombres y mujeres, y los met?a en la c?rcel. Los que se hab?an dispersado iban por todas partes anunciando la Buena Nueva de la Palabra.

 

Aleluya, aleluya, aleluya.

Aleluya, aleluya, aleluya.
Aleluya, aleluya, aleluya.
Aleluya, aleluya, aleluya.

Aleluya, aleluya, aleluya.

Comienza hoy el tiempo lit?rgico de Navidad. Acabamos de celebrar el santo misterio del nacimiento de Jes?s. El Se?or Dios se ha hecho ni?o para salvarnos. La liturgia quiere que hoy contemplemos el nacimiento al cielo del primer m?rtir cristiano. Es el fruto maduro de la predicaci?n del amor evang?lico, aquel amor que llev? al Hijo a dejar el cielo para venir sobre la tierra. En estos d?as, a partir de hoy, a trav?s de la memoria de diferentes testigos, la Iglesia nos muestra cu?l es el fin de la encarnaci?n del Hijo de Dios. ?l ha descendido a la tierra para llevar a los hombres al cielo del amor sin fin. El pasaje evang?lico que la liturgia nos hace leer en este recuerdo de San Esteban forma parte del discurso misionero de Jes?s a los Doce. Los disc?pulos comprenden inmediatamente las palabras del Maestro: "Mirad que yo os env?o como ovejas en medio de lobos". Sin embargo, no deb?an preocuparse. ?l estar?a con ellos y su Esp?ritu les sostendr?a. Esteban es el primero de los m?rtires, el primer cordero que es sacrificado a imitaci?n del Maestro. Condisc?pulo de Pablo en la escuela de Gamaliel, Esteban se uni? a la predicaci?n de los Ap?stoles y fue despu?s elegido uno de los siete di?conos para el servicio de la caridad. Estaba "Lleno de gracia y de poder, realizaba entre el pueblo grandes prodigios y se?ales", narran los Hechos. No pod?a callarse el Evangelio que hab?a recibido y que le hab?a cambiado la existencia. Y no se rindi? cuando las oposiciones y la violencia empezaron a abatirse sobre ?l como consecuencia de su nueva vida. Tampoco se dej? intimidar por las oposiciones. Fuerte de la fe continu? dando testimonio del Evangelio hasta el derramamiento de la sangre. Siguiendo el ejemplo de su Maestro, mientras era lapidado pidi? a Dios que acogiera su esp?ritu y perdonara a sus perseguidores. Esteban, convertido en el primer m?rtir de la historia cristiana, conduce el cortejo de todos los que, en todo lugar y en todo tiempo, han dado testimonio y siguen dando testimonio del Evangelio hasta el sacrificio extremo de la vida. Todos ellos, que han "visto los cielos abiertos y al Hijo del hombre que est? a la diestra de Dios", est?n hoy en el cielo y ven a Dios, "cara a cara". A nosotros nos dejan un precioso ejemplo de c?mo escuchar el Evangelio para seguir a Jes?s. Ellos nos confirman que sin "heroicidad", no es posible seguir el Evangelio.

PALABRA DE DIOS TODOS LOS DÍAS: EL CALENDARIO

La oración es el corazón de la vida de la Comunidad de Sant’Egidio, su primera “obra”. Cuando termina el día todas las Comunidades, tanto si son grandes como si son pequeñas, se reúnen alrededor del Señor para escuchar su Palabra y dirigirse a Él en su invocación. Los discípulos no pueden sino estar a los pies de Jesús, como María de Betania, para elegir la “mejor parte” (Lc 10,42) y aprender de Él sus mismos sentimientos (cfr. Flp 2,5).

Siempre que la Comunidad vuelve al Señor, hace suya la súplica del discípulo anónimo: “¡Señor, enséñanos a orar” (Lc 11,1). Y Jesús, maestro de oración, continúa contestando: “Cuando oréis, decid: Abbá, Padre”.

Cuando oramos, aunque lo hagamos dentro de nuestro corazón, nunca estamos aislados ni somos huérfanos, porque somos en todo momento miembros de la familia del Señor. En la oración común se ve claramente, además del misterio de la filiación, el de la fraternidad.

Las Comunidades de Sant'Egidio que hay por el mundo se reúnen en los distintos lugares que destinan a la oración y presentan al Señor las esperanzas y los dolores de los hombres y mujeres “vejados y abatidos” de los que habla el Evangelio (Mt 9,37). En aquella gente de entonces se incluyen los habitantes de las ciudades contemporáneas, los pobres que son marginados de la vida, todos aquellos que esperan que alguien les contrate (cfr. Mt 20).

La oración común recoge el grito, la aspiración, el deseo de paz, de curación, de sentido de la vida y de salvación que hay en los hombres y las mujeres de este mundo. La oración nunca es vacía. Sube incesante al Señor para que el llanto se transforme en alegría, la desesperación en felicidad, la angustia en esperanza y la soledad en comunión. Y para que el Reino de Dios llegue pronto a los hombres.