ORACIÓN CADA DÍA

Memoria de los santos y de los profetas
Palabra de dios todos los dias
Libretto DEL GIORNO
Memoria de los santos y de los profetas
Mi?rcoles 8 de febrero


Lectura de la Palabra de Dios

Aleluya, aleluya, aleluya.

Ustedes son una estirpe elegida,
un sacerdocio real, naci?n santa,
pueblo adquirido por Dios
para proclamar sus maravillas.

Aleluya, aleluya, aleluya.

Proverbios 16,1-15

Al hombre, los planes del coraz?n;
pero de Yahveh, la respuesta. Al hombre le parecen puros todos sus caminos,
pero Yahveh pondera los esp?ritus. Encomienda tus obras a Yahveh
y tus proyectos se llevar?n a cabo. Todas las obras de Yahveh tienen su propio fin,
hasta el malvado, para el d?a del mal Yahveh abomina al de coraz?n altivo,
de cierto no quedar? impune. Con amor y lealtad se exp?a la falta;
con el temor de Yahveh se evita el mal. Cuando Yahveh se complace en la conducta de un hombre.
hasta a sus enemigos los reconcilia con ?l. M?s vale poco, con justicia,
que mucha renta sin equidad. El coraz?n del hombre medita su camino,
pero es Yahveh quien asegura sus pasos Or?culo en los labios del rey:
en el juicio no comete falta su boca. De Yahveh son la balanza y los platillos justos,
todas las pesas del saco son obra suya. Los reyes aborrecen las malas acciones,
pues su trono en la justicia se afianza. El favor del rey para los labios justos;
y ama al que habla rectamente. El furor del rey es mensajero de muerte;
pero el hombre sabio lo apacigua. Si el rostro del rey se ilumina, hay vida;
su favor es como nube de lluvia tard?a.

 

Aleluya, aleluya, aleluya.

Ustedes ser?n santos
porque yo soy santo, dice el Se?or.

Aleluya, aleluya, aleluya.

De forma especial respecto al com?n proceder del libro que hasta ahora hemos comentado, en el cap?tulo diecis?is el Se?or entra en escena como protagonista absoluto. Si "El temor de Dios es escuela de sabidur?a", como acababa el cap?tulo anterior, ahora Dios mismo se presenta como el origen de la sabidur?a, como quien domina el universo y conduce la vida del hombre. Parece casi que el autor del libro, precisamente a la mitad de su obra, conjunto de proverbios y reflexiones de diferente origen, quisiera afirmar de forma m?s expl?cita que todo depende del Se?or y que ?l es el principio de la sabidur?a. Por esto, para el hombre el temor de Dios es el inicio absoluto de todo tipo de sabidur?a y conocimiento, porque todo viene de ?l. Esto no quita valor a cuanto se ha dicho hasta ahora y mucho menos al compromiso humano por adquirir la ciencia y el conocimiento. El inicio del cap?tulo expresa bien este contraste: "El hombre tiene proyectos, el Se?or, la ?ltima palabra. El hombre piensa que su conducta es limpia, pero el Se?or juzga las intenciones". Es decir, el hombre puede proyectar, a ?l todo lo que realiza le parece bien hecho, pero la realizaci?n y el juicio competen al Se?or. Sin ?l nada llega a cumplimiento. "El hombre proyecta su camino, pero el Se?or asegura sus pasos" (v. 9). Por esto el hombre debe confiar al Se?or sus obras, para que lleguen a buen fin, porque es el Se?or quien "ha creado todo con un prop?sito". Comprendemos as? la referencia a la soberbia. El coraz?n soberbio piensa que todo depende de ?l, act?a como si Dios no existiera, se siente due?o de s? mismo y del universo, de la vida y de la muerte. Se trata de una advertencia dirigida a cada uno de nosotros y al hombre contempor?neo, que a veces se avala por los justos descubrimientos cient?ficos para afirmar su poder sobre toda cosa, para decidir sobre la vida y la muerte. Pensemos por ejemplo en todo el campo de la bio?tica, donde estamos llamados a conjugar la ciencia y el respeto de la vida en sus diferentes fases, desde la concepci?n hasta la muerte. No es casualidad que a los primeros vers?culos le siga una parte dedicada al rey. En efecto, el rey era el se?or absoluto, a quien se confiaba el gobierno y la administraci?n de la justicia. Era el rey quien pod?a decidir sobre la vida y la muerte de sus s?bditos. Por una parte asistimos al elogio del rey, que representa al Se?or sobre la tierra, pero su juicio y gobierno no son absolutos. Tambi?n ?l est? sometido a la justicia divina: "Balanza y platillos justos son del Se?or, todas las pesas son obra suya". Balanzas, platillos, pesas, indican todo lo que conduce a establecer la justicia. El rey no tiene un poder absoluto, porque incluso su obra est? sometida al juicio divino.

La oración es el corazón de la vida de la Comunidad de Sant’Egidio, su primera “obra”. Cuando termina el día todas las Comunidades, tanto si son grandes como si son pequeñas, se reúnen alrededor del Señor para escuchar su Palabra y dirigirse a Él en su invocación. Los discípulos no pueden sino estar a los pies de Jesús, como María de Betania, para elegir la “mejor parte” (Lc 10,42) y aprender de Él sus mismos sentimientos (cfr. Flp 2,5).

Siempre que la Comunidad vuelve al Señor, hace suya la súplica del discípulo anónimo: “¡Señor, enséñanos a orar” (Lc 11,1). Y Jesús, maestro de oración, continúa contestando: “Cuando oréis, decid: Abbá, Padre”.

Cuando oramos, aunque lo hagamos dentro de nuestro corazón, nunca estamos aislados ni somos huérfanos, porque somos en todo momento miembros de la familia del Señor. En la oración común se ve claramente, además del misterio de la filiación, el de la fraternidad.

Las Comunidades de Sant'Egidio que hay por el mundo se reúnen en los distintos lugares que destinan a la oración y presentan al Señor las esperanzas y los dolores de los hombres y mujeres “vejados y abatidos” de los que habla el Evangelio (Mt 9,37). En aquella gente de entonces se incluyen los habitantes de las ciudades contemporáneas, los pobres que son marginados de la vida, todos aquellos que esperan que alguien les contrate (cfr. Mt 20).

La oración común recoge el grito, la aspiración, el deseo de paz, de curación, de sentido de la vida y de salvación que hay en los hombres y las mujeres de este mundo. La oración nunca es vacía. Sube incesante al Señor para que el llanto se transforme en alegría, la desesperación en felicidad, la angustia en esperanza y la soledad en comunión. Y para que el Reino de Dios llegue pronto a los hombres.