Empieza el nuevo curso en la Escuela de la Paz para los niños de Sudán del Sur en el campo de refugiados de Nyumanzi

Más de 900 niños matriculados. Las nuevas aulas de obra ya están a punto.

Refugiados de Sudán del Sur en Uganda
La guerra civil de Sudán del Sur estalló en diciembre de 2013 y todavía no ha terminado a pesar de los repetidos intentos de las partes por llegar a un acuerdo, el último, firmado la vigilia de Navidad de 2017. 
La población de
refugiados y solicitantes de asilo de Sudán del Sur ha aumentado considerablemente hasta llegar a los 2,5 millones de persona. De todas ellas, más de un millón están en Uganda, en las provincias septentrionales del país. 
Los campos de refugiados son cada vez más numerosos. Entre los más grandes, tras el de Bidi Bidi, cerca de la ciudad de Yumbe, que alberga a 250.000 personas, está
Nyumanzi, donde hace cuatro años abrió una escuela de primaria, la «Escuela de la Paz», cerca de la ciudad de Adjumani. La escuela nació por la voluntad de la Comunidad y de la diócesis de Arua de ofrecer educación a muchos niños y jóvenes que habían huido de la guerra y de invertir en su futuro.

La «Escuela de la Paz»
Siguiendo el calendario escolar de Uganda, el pasado mes de diciembre los alumnos hicieron el examen final de curso. En la escuela de la Comunidad
924 niños hicieron el examen y gran parte de ellos aprobaron. Los resultados positivos, el porcentaje de aprobados respecto de los participantes es muy alto: 71,0%. 
En 2017, por primera vez, un grupo de doce estudiantes que han ido a la «School of Peace» terminó el primer ciclo de estudios y obtuvo el diploma final. Para lograrlo han tenido que ir a la única escuela del campo donde, hasta ahora, había una clase del último curso (P7, Primary 7), y que se encuentra a cinco quilómetros de la nuestra. 
Abrimos el curso escolar 2018, que empezó el 5 de febrero, con el deseo de responder a la demanda cada vez mayor de ir a la escuela que nos transmite la comunidad sudsudanesa, cada vez más unida a la «Escuela de la Paz», y de responder a las necesidades de los niños y de los adultos.
Los matriculados para 2018 son 930. La mayoría (910) son de Sudán del Sur; junto a ellos hay también un pequeño grupo de ugandeses (20). Para todos ellos ha habido novedades importantes. 
Este año hemos decidido inaugurar la clase P7 gracias, entre otras cosas, a que disponemos de cuatro aulas más de obra, recién terminadas con la ayuda de amigos que están con Sant'Egidio de Uganda, completando así el ciclo de educación primaria.
Se dedicará una atención especial a las mujeres y a las niñas que hay en el campo de refugiados. La presencia femenina en todos los campos de refugiados de Uganda es mayoritaria. Se trata de niñas en edad escolar y preescolar (3-17 años) y de adultas. Los núcleos familiares que tienen a una mujer como persona de referencia son aproximadamente el 64% del total (ACNUR).
Un porcentaje extremamente bajo de mujeres sudsudanesas termina la educación primaria (25,4%). Este dato demuestra que en general no son capaces de expresarse en la lengua oficial de su país y del país en el que están. La desigualdad de género es evidente entre los jóvenes en edad escolar y comporta una progresiva reducción del número de niñas matriculadas al colegio, especialmente en los años finales del primer ciclo y del segundo ciclo, cuando las niñas son la única ayuda con la que pueden contar las mujeres para llevar la casa y la familia.

A favor de las mujeres y las niñas 
Gran parte de las mujeres que hay en Nyumanzi, donde está la «Escuela de la Paz» de Sant'Egidio, no saben leer ni escribir, y tampoco comunicarse en inglés. Eso penaliza fuertemente toda posibilidad de relación con la sociedad de acogida y aún más impide que accedan a los servicios que el Gobierno ugandés y las organizaciones internacionales ofrecen a la población refugiada. 
Un itinerario de alfabetización funcional y de aprendizaje del inglés básico son dos exigencias primarias para garantizar una mejor integración de las mujeres en las redes sociales de la comunidad de acogida, con una consiguiente ampliación de sus oportunidades de integración en el mundo laboral. 
En enero de 2018 empezó un curso dedicado a los adultos que hay en el campo y, especialmente, a las mujeres. Las clases, que se hacen por la tarde, cuando ya han terminado los demás cursos, se imparten tres veces por semana. Empezaron con quince personas. Naturalmente, el «tam tam» dentro del campo ha hecho que el número de matriculados aumentara rápidamente hasta superar las treinta, casi todo mujeres.
Las clases previstas son de alfabetización tanto en su lengua materna (dinka) como en la lengua oficial de Uganda (inglés). Además de alfabetización, se imparten clases de educación en derechos civiles y sociales, de economía doméstica, de conservación de los recursos naturales, y de agricultura.
Para las niñas se ha pensado un canal prioritario para las matriculaciones, sobre todo en los últimos cursos y también se ha previsto ofrecer una ayuda a las familias para superar el abandono escolar que sufre la población escolar femenina a partir de los 10 años
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