Los corredores humanitarios de Sant'Egidio y las Iglesias protestantes acogen hoy a 70 refugiados sirios que se encontraban en condiciones muy graves en el Líbano

Setenta refugiados sirios, que llevaban mucho tiempo viviendo en los campamentos de refugiados del valle de la Bekaa y del norte del Líbano, y que en los últimos meses han sufrido un deterioro de sus condiciones de vida no solo a causa de la pandemia, sino también por la grave crisis política, económica y social que atraviesa aquel país, han aterrizado en el aeropuerto de Roma esta mañana, en un vuelo proveniente de Beirut. A este primer grupo se unirán otras 14 personas, cuya llegada está programada para el próximo 3 de diciembre, para un total de 84 personas, incluidos 39 menores. Su entrada en Italia ha sido posible gracias a los corredores humanitarios promovidos por la Comunidad de Sant'Egidio, la Federación de Iglesias Evangélicas en Italia y la Mesa Valdense, de acuerdo con los Ministerios italianos del Interior y de Asuntos Exteriores, que desde febrero de 2016 han llevado a más de 2050 personas de manera segura al país transalpino. En total, 4042 solicitantes de asilo han llegado a Europa a través de los corredores humanitarios.

Las familias que han llegado esta mañana también serán recibidas por asociaciones, como la Comunidad Papa Juan XXIII, por parroquias y comunidades de doce regiones italianas (Lacio, Calabria, Campania, Emilia Romaña, Friuli, Liguria, Lombardía, Piamonte, Cerdeña, Sicilia, Toscana, Trentino) y, después de pasar un período de cuarentena de conformidad con la normativa anti-covid, empezarán un itinerario de integración: los menores serán inscritos inmediatamente en la escuela y los adultos empezarán a aprender italiano y, una vez que hayan obtenido el estatuto de refugiado, recibirán ayuda para entrar en el mercado laboral. Los corredores humanitarios, totalmente autofinanciados (gracias a la recaudación de fondos de Sant'Egidio y al 8 por mil de la Mesa Valdense) e implementados gracias a una difusa red de acogida, representan un modelo eficaz, que combina solidaridad y seguridad, tanto que se han replicado en otros países como Francia, Bélgica y Andorra.

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