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La visita para recordar a los guías espirituales de la Iglesia grecocatólica ucraniana renueva una antigua amistad

Durante su visita a Ucrania Andrea Riccardi visita la casa del metropolita Sterniuk y la tumba del cardenal Husar

La historia de amistad de la Comunidad de Sant'Egidio con la Iglesia grecocatólica ucraniana se remonta a los años ochenta, cuando esta Iglesia de la Ucrania soviética vivía en la clandestinidad después de que el poder soviético la suprimiera en 1946.
En 1989, en una visita a Leópolis, aún soviética, Andrea Riccardi, monseñor Vincenzo Paglia y Marco Gnavi pudieron conocer al metropolita Volodimir Sterniuk, que estaba a la cabeza de la Iglesia clandestina. El encuentro tuvo lugar en un apartamento compartido donde vivía el anciano obispo, que había pasado varios años preso en campos soviéticos. Los años siguientes la Comunidad acompañó el proceso de retorno a la libertad y de renacimiento de esta Iglesia.
Recordando aquel encuentro y esta amistad, durante la reciente visita que ha hecho a Ucrania, Andrea Riccardi visitó el edificio y el apartamento donde vivió el metropolita desde 1964 hasta 1990.
En Kiev, la visita a la tumba del cardenal Lubomir Husar, arzobispo mayor de Kiev-Halic, líder y padre de la Iglesia grecocatólica ucraniana desde 2001 hasta 2011, fue la ocasión para recordar a otro querido amigo de Sant’Egidio, al que la Comunidad conoció en los años ochenta en Roma, donde vivía exiliado. Husar se sintió siempre muy cercano a la Comunidad, incluso tras su retorno a Ucrania en 1994.