El cardenal Posadas Ocampo, arzobispo de Guadalajara, fue asesinado por un grupo de hombres armados el 24 de mayo de 1993, mientras esperaba para recibir al nuncio apostólico que llegaba a Guadalajara para asistir a la celebración de recuerdo de los mártires mexicanos de Jalisco.
El cardenal Ocampo nació en México el 10 de noviembre de 1926, pocos meses después del inicio de un periodo de fuerte persecución de los católicos, y fue ordenado sacerdote el 23 de septiembre de 1950. Se había formado en los años duros para la Iglesia mexicana: conocía el camino de sufrimiento de los cristianos de su país y por ese motivo, tras ser nombrado primero obispo en 1970 y luego cardenal en 1991, se había hecho promotor de la causa de beatificación de los mártires mexicanos.
Su recuerdo se mantiene vivo en la basílica de San Bartolomé de la Isla, santuario de los Nuevos mártires, donde se conserva su pastoral.
