MIGRANTES

El naufragio de migrantes frente a nuestras costas es una masacre inaceptable. Pedimos rutas regulares de entrada, corredores humanitarios, plan de ayuda y desarrollo para los países de origen

La Comunidad de Sant'Egidio expresa su más sentido pésame a las familias de las víctimas y a los numerosos inmigrantes desaparecidos a causa del naufragio de una embarcación a pocos metros de la costa de Calabria. Ante la muerte de familias enteras con niños y personas frágiles que huyen de países como Irán, Pakistán y Afganistán, uno no puede detenerse en la simple indignación. Es necesario continuar y alentar el rescate de los que se encuentran en peligro en el Mediterráneo y acogerlos, como invitó el Papa Francisco a hacer en el Ángelus.

Al mismo tiempo, es urgente y necesario activar -y de forma extensiva- los programas europeos de reasentamiento desde los países del sur del Mediterráneo; aumentar las cuotas de los decretos de flujo junto con nuevas rutas regulares de ingreso, única solución para poder manejar un fenómeno que es de vastas proporciones. Modelos que funcionan porque favorecen la integración, como los corredores humanitarios, que nuestra Comunidad viene realizando junto a diversas realidades desde 2016, así como la entrada por motivos laborales, que tanto necesita nuestro país.

Pero sobre todo pedimos a Europa que salga de su letargo y de sus lógicas de cierre que no favorecen la inmigración regular, aumentando la cooperación y activando de inmediato un "plan especial" de ayuda y desarrollo para los países de origen de los migrantes, en el otro lado del Mediterráneo y en el África subsahariana. Si no se aborda este problema, que podría dar, al menos a medio plazo, una respuesta concreta, con la creación de puestos de trabajo y un futuro habitable en los países de origen, junto con nuevas políticas de inmigración, lamentablemente nuevas tragedias del mar o en el desierto africano serán inevitables.

Estas fueron las palabras del Papa Francisco: "Esta mañana me enteré con dolor del naufragio que tuvo lugar en la costa de Calabria cerca de Crotone. Ya se han recuperado 40 muertos, entre ellos muchos niños. Rezo por cada uno de ellos, por los desaparecidos y por los otros migrantes sobrevivientes. Agradezco a todos los que han traído ayuda y a los que están acogiendo. Que Nuestra Señora sostenga a estos hermanos y hermanas nuestros".