La visita del Secretario General de las Naciones Unidas, Ban Ki-Moon, a la Comunidad de Sant’Egidio, el sábado 17 de octubre, empezó con un emocionante encuentro con los niños, italianos y refugiados.
Con ellos Ban Ki-Moon recordó su infancia durante la guerra de Corea: “A seis años fui un refugiado como vosotros. No sabía qué era la guerra, solo que tenía hambre, mis zapatos estaban enfangados y no podía ir al colegio". Acompañado por Andrea Riccardi y Marco Impagliazzo, el Secretario General de la ONU escuchó los testimonios de tres refugiados, de Afganistán, Eritrea y Mali, durante una asamblea con personas provenientes de todo el mundo. "Una pequeña ONU de los pueblos", la definió en su discurso Marco Impagliazzo, que destacó la urgencia de afirmar "la hora de la acogida y de la integración".
Palabras que Ban Ki-Moon quiso reprender, cuando dijo que la actual crisis de la inmigración no es tanto un problema de números cuanto de "falta de solidaridad global". Visiblemente emocionado, Ban Ki-Moon dio las gracias a Sant'Egidio por su trabajo por acoger a refugiados y por resolver conflictos. Terminó diciendo: "A menudo en las caras de los refugiados he visto la desesperación, pero en los vuestros veo la esperanza y me siento feliz y animado. Gracias".