Una larguísima mesa esperaba a los aproximadamente 200 invitados en la sede de la ACEA de Roma para celebrar juntos la Pascua con la tradicional comida que la Comunidad organiza cada año el lunes de Pascua.
Pero en realidad se sentaron a la mesa casi 400 personas.
Muchos sin techo a los que la Comunidad conoce y ayuda durante el año, muchos ancianos solos. También muchas familias que, a causa de la crisis económica, ven como va disminuyendo cada día su nivel de vida.
Una fantástica comida, una tarde de fiesta junto a los pobres que cada día van al comedor de la Comunidad y también un signo concreto de solidaridad entre generaciones. Una mano tendida hacia quien pasa dificultades por la pérdida de ingresos y del trabajo, porque es posible salir de la crisis, juntos. |