Se celebra hoy el 28 aniversario de aquel histórico 27 de octubre de 1986, cuando san Juan Pablo II convocó la Jornada Mundial de Oración por la Paz de Asís, un acontecimiento sin precedentes, que sentó junto al Pontífice a los representantes de las grandes religiones mundiales, desde el Dalai Lama hasta el arzobispo de Canterbury. Participaron 50 representantes de las Iglesias cristianas (a parte de los católicos) y 60 representantes de las otras religiones mundiales. La intuición del Papa fue sencilla y profunda: reunir a los creyentes de todas las religiones mundiales en la ciudad de san Francisco, destacando la oración por la paz, uno junto al otro, frente al horror de la guerra.

Dijo el Papa en aquella ocasión: "Es una invitación al mundo para que sea consciente de que existe otra dimensión de la paz y otra manera de promoverla, que no son el resultado de negociaciones ni de compromisos políticos o económicos". Estaba convencido de que "la oración y el testimonio de los creyentes, independientemente de la tradición a la que pertenezcan, puede hacer mucho por la paz en el mundo". El llamamiento fue escuchado: durante un día entero callaron las armas.

La Comunidad de Sant'Egidio ha continuado viviendo el espíritu de la Oración de Asís, y recogió la invitación final del Papa en aquel histórico encuentro: "Continuemos difundiendo el mensaje de la paz y viviendo el espíritu de Asís", y empezó los Encuentros Internacionales Hombre y Religiones.

Desde entonces, a través de una red de amistad entre representantes de distintos los credos y culturas de más de 70 países, Sant'Egidio ha continuado promoviendo un peregrinaje de paz que ha recalado, año tras año, en varias ciudades europeas y del mundo.

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