El 27 de marzo, al final del largo y frío invierno moscovita, en la iglesia de los santos Cosme y Damián de Moscú, los “Amigos de la Comunidad de Sant’Egidio” – “Amigos por la calle” han rezado por Lilia, su primera amiga sin techo, que murió en 2006, y con ella por muchos otros amigos que han muerto en la calle.
En la semana de Cuaresma dedicada a la veneración de la Cruz, personas sin casa y sus amigos, junto a los parroquianos de la iglesia, se han reunido para recordar por los nombres a las numerosas víctimas del frío y de la indiferencia humana.
“Su vida y su muerte pueden parecer insignificantes, pero para Dios son preciosos y siente más conmoción por ellos que por muchas personas acomodadas. Perdonadnos porque vivimos mejor que vosotros”, dijo el párroco, el padre Alexander, dirigiéndose a las personas de la calle.
Una amiga de la Comunidad citó la carta pascual a los sin techo del patriarca ruso Kiril: “Cristo venció la muerte para que nosotros pudiéramos resucitar a una vida nueva. En él siempre podemos encontrar ayuda, en la desgracia, en la enfermedad y en la soledad", y concluyó: “Somos distintos, tenemos historias y proveniencias diferentes, pero aquí rezando nos descubrimos una única familia, y el Señor nos enseña a ayudarnos y a sostenernos, y en la amistad, encontrar una verdadera alegría”.
Después de la oración, el día prosiguió con una comida juntos, allí, en la iglesia, en un clima de serenidad y confianza, conversando entre los amigos más antiguos y los nuevos. Muchas personas ayudaron, llevando las cosas cocinadas en casa, para que aquella comida no sólo tuviera el gusto de la amistad, sino también para que fuera bueno.
Al final de la oración todos recibieron un icono de la resurrección de Lázaro, amigo de Jesús, como signo de consuelo y de esperanza, de una nueva primavera de la vida y de la amistad.
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