Las condiciones de vida de los prisioneros en África son muy duras. En Camerún, miles de personas viven encarceladas, privadas de libertad, pero también de atención y de alimentación básica.
Las cárceles están superpobladas. Una cárcel que aloja a más del doble del número de presos para la que fue construida no es una excepción. Por ejemplo, en la cárcel de Douala hay 2.600 personas detenidas, mientras que el proyecto de construcción preveía unas 800. En las celdas falta espacio vital, las condiciones sanitarias son terribles.
Dormir con más de 40 personas en una celda de 5 metros cuadrados se ha convertido en algo normal. A menudo no hay agua corriente ni jabón para lavarse. Esta falta de higiene es la causa de continuas enfermedades, difíciles de tratar sin fármacos adecuados.
La Comunidad de Sant’Egidio de Camerún va cada semana a 10 cárceles de todo el país. Visita a más de 1.000 prisioneros, hombres, mujeres y también menores.
En las últimas semanas ha crecido el trabajo para mejorar las condiciones higiénicas. En las 10 cárceles ha empezado un programa de limpieza y desinfección de las celdas y de los espacios comunes. Se ha dado jabón corporal y ropa a los detenidos.
Didier, un giovane detenuto, che non ha ancora compiuto 14 anni, ha raccontaDidier, un joven detenido, que todavía no ha cumplido 14 años, dijo: “Para mí, desde que entré en la cárcel, la Comunidad ha sido una ayuda. Hoy estoy sano, ya no tengo ninguna enfermedad en la piel. Duermo sobre un colchón de verdad. Gracias a Sant’Egidio. Vuestra presencia, vuestros regalos, las sonrisas, son una gran alegría para mí. Casi me sentía libre, cuando canté con vosotros. Quiero dar las gracias al fundador de la Comunidad."
Otro amigo, Nouhou, detenido, nos dijo: “Antes dormíamos siempre con miedo de contraer enfermedades terribles, como el cólera. Ahora, con la limpieza de las celdas, la Comunidad de Sant'Egidio nos da esperanza de vivir lejos de esta enfermedad, ahora dormimos serenos"
El trabajo de Sant’Egidio para humanizar las cárceles se ha extendido al difícil problema de la liberación tras la detención, a menudo condicionada por el pago de un importe.
La Comunidad ha logrado, con la aportación de muchos, pagar la salida de 50 detenidos.
Las siguientes, son las palabras de un prisionero liberado por la Comunidad, gracias al pago de la pequeña cantidad que permite la extinción de la pena, al finalizar el periodo de detención fijado por el juez (y que muchos no tienen, de modo que se quedan en la cárcel indefinidamente por pequeños delitos por los que ya han “pagado”).
“El amor es la verdadera arma de los cristianos; siempre he encontrado consuelo cuando la Comunidad está aquí con nosotros, compartiendo nuestro dolor, nuestro sufrimiento en la cárcel.
Hoy soy libre gracias a vosotros, porque mis padres no podían pagar mi salida. Doy gracias de verdad a Dios, a la Comunidad por su apoyo a los pobres."
HAZ CLIC SOBRE LAS IMÁGENES PARA AMPLIARLAS |
|
|
|
haz clic sobre las imágenes para ampliarlas |
|